Fue Calígula, quien, entre las muchas decisiones un tanto particulares que tomó, se encuentra el hecho de poder haber designado a su caballo favorito, llamado Incitatus, como cónsul.
La historia probablemente debe su origen a un comentario hecho de pasada por Calígula en el que revelaba su intención de nombrar cónsul a Incitatus, aunque no llegara a cumplir su palabra. Por tanto, este fue un mito que simplemente fue una insinuación por parte del emperador romano Calígula.