Qué tendrán las croquetas que nos vuelven locos con solo saber que las vamos a comer. Cuando este plato se anuncia de alguna forma, enseguida se nos hace la boca agua, ya sea que lo comamos en los restaurantes o en casa. Al comer fuera siempre pareciera que la preparación queda mejor. Está hecha por expertos certificados que se esmeran porque cada comensal se vaya contento a su casa. Pero hoy dejarás de ir a locales para satisfacer tus ansias de comer una croqueta porque te vamos a dar todos los trucos para que te queden de rechupete.
1Croquetas perfectas: presta especial atención a la masa
Las croquetas perfectas se logran prestando mucha atención en la preparación de la masa. No es ningún misterio que es salsa bechamel espesa. En esta última palabra radica la clave, ¿cuán espesa? Basándonos en los consejos de “El Español”, revelamos los trucos para que la bechamel te quede con la densidad adecuada. Ni serán ladrillas ni puré. Vamos a necesitar la misma cantidad de harina que de mantequilla o de aceite. Esto es entre 120 y 160 g de cada uno por cada litro de leche (o caldo o los dos). Si buscas cremosidad variamos entre 120 y 130 g. Al contrario, si te gustan compactas nos vamos más a algo de entre 150 y 160 g. Si el relleno de la croqueta suelta grasa, por ejemplo, el jamón o el bacon, entonces bajamos un poco la cantidad de aceite o mantequilla.