El director de gabinete del presidente del Gobierno y algunos de sus asesores más relevantes están completamente obsesionados con «humanizar» a un presidente que no se ha codeado con la «plebe» desde que pisó la Moncloa. El problema es que es difícil sacar a la calle a Pedro Sánchez, dadas las experiencias previas. Aún así, personas de la máxima confianza del líder socialista como puede ser su jefe de gabinete, Óscar López, o uno de sus asesores de partido más reconocidos, Antonio Hernando, están inmersos en un proceso de «humanización» del presidente del Gobierno de cara a las elecciones. La mala noticia es que no está saliendo demasiado bien.
La idea es la de imitar a Iván Redondo, exjefe de gabinete del presidente del Gobierno, pero con menos ínfulas y con menos marketing. En un principio se plantearon el sacar al líder socialista a la calle, pero no solía salir bien el experimento. Quién no recuerda a ese zamorano que le reprochaba a Sánchez el que dijera que él iba a «arreglar» el destrozo en forma de incendio que se llevó por delante nada menos que 30.000 hectáreas. «¿Arreglarlo? ¿Tú arreglarlo?», se preguntaba un ciudadano zamorano en un vídeo que se hizo viral. Como estas, hay mil malas experiencias que llevaron a la sala de máquinas de Moncloa a exponer al líder en entornos controlados. Y el último ha sido meter a Pedro Sánchez en un piso son dos mileuristas para que le cuenten cómo es eso de cobrar el salario mínimo y poder salir adelante.
La sensación en las redes sociales y en el propio partido, según relatan fuentes de Ferraz, es casi como cuando un viajero europeo pisa Tanzania y se fotografía con los niños del lugar por «exóticos». Meter a Pedro Sánchez en este piso ha dejado claro algo que confirman estas mismas fuentes anteriormente mencionadas: desde Moncloa, por asesoramiento directo de Óscar López y Antonio Hernando, así como por inspiración en Iván Redondo, quieren «humanizar» al presidente del Gobierno de cara a las elecciones pero en entornos cerrados y controlados. Si le sacan a la calle el resultado siempre es el mismo: algún insulto se cuela.
El proceso «salvar la imagen de Sánchez» es un auténtico quebradero de cabeza para un grupo de asesores en Moncloa que están obsesionados con bajar del pedestal esa imagen «endiosada» de un presidente del Gobierno que tiene poco contacto con la realidad. Solo hay que ver el convoy de coches, con UVI móvil incluida, que mueve el presidente del Gobierno cada vez que quiere marcharse a algún lado o retratar ese manido Falcon que ha cogido para casi cualquier evento por España. Aún así, el entorno siempre tiene que ser controlado y los personajes con los que interactúe, más.
Quien también está dentro de este proceso es Félix Bolaños, aunque con menos intensidad. El papel más importante en el guion a seguir lo tiene nada menos que un jefe de gabinete al que le han quitado la mayoría de sus competencias para que se centre en asuntos realmente importantes como es la imagen del presidente de Gobierno. El miedo, aún así, que se respira en Moncloa cada vez que se saca a Sánchez a pasear es más que notable, razón por la que han optado por presentar al presidente en entornos en los que un insulto espontáneo no se pueda escuchar por ningún lado. De momento siguen en fase de pruebas.
El resultado de esta reunión de Pedro Sánchez con estos dos jóvenes mileuristas que le cuentan su experiencia en la empresa y con sus salarios no ha sido buena. El vídeo ha tenido mucha repercusión, pero parece que todo lo que toca el presidente del Gobierno acaba por un mar de críticas en las redes sociales. Levantar la imagen del líder socialista no parece tarea fácil, pero estos encuentros irán a más con el paso del tiempo y a medida que se acerquen las elecciones.