Desde el organismo detallan que son mascarillas repartidas también en hospitales y queEl sindicato SUMMAT sospecha que se han repartido un modelo de mascarilla sin certificación FFP2 a sanitarios del SUMMA 112 y exige a la Gerencia de este servicio sanitario que remita varias unidades para comprobar su nivel de filtrado en un laboratorio acreditado.
Por su parte, desde el organismo han explicado a Europa Press que esas mascarillas se han utilizado en mayo, agotando todo el stock de ese modelo, y durante este mes solo se ha registrado un caso positivo por PCR entre la plantilla de este servicio sanitario.
En concreto, la organización sindical cuestiona las mascarillas repartidas de la marca Angtai ante las «quejas» recibidas por diversos trabajadores sobre su nivel de eficacia de estas unidades repartidas desde hace más de 20 días no solo en el SUMMA sino también en Atención Primaria.
Según ha explicado a Europa Press la portavoz del SUMMAT, Rosa López, los propios empleados remitieron correos a la Dirección de Gestión sobre sus reticencias ante las condiciones de esas mascarillas y luego al sindicato.
Al sospechar que esas mascarillas no tienen certificado ni homologación, comprobaron que el envoltorio recoge que corresponden al modelo KN95 (equivalente a FFP2) pero que también se recoge la mención PM2.5, que en teoría es el tamaño de filtrado de partículas, cuando la Organización Mundial de la Salud pauta para esa categoría de filtrado 0,3 micras de diámetro. Por ello, demandaron su retirada cautelar.
Al estar las indicaciones en chino, el sindicato ha buscado información sobre el fabricante y ha conocido que es una empresa con sede en Tailandia, que su principal actividad es la recogida de plástico para su reciclado y obtener con ellas fibras sintéticas. «No es una fábrica que se haya dedicado de origen a la confección de mascarillas», ha remachado López.
Por ello, solicitaron información al SUMMA durante este periodo pero sin obtener datos, por lo que empezaron a consultar a diversos organismos, como la Comunidad de Madrid, el Ministerio de Sanidad y el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo.
SOLICITUD DE COMPROBACIONES
Finalmente y comprobar, según sostiene López, que les han «estado toreando», SUMMAT ha decidido acudir a dos laboratorios para realizar mediciones de las características de filtrado, que abonarán con sus propios fondos.
Por ello, solicitaron a la Gerencia del SUMMA que les facilitaran cinco unidades para remitirlas al laboratorio de cara a su análisis pero ha criticado que la dirección liderada por Pablo Busca no les aporta una remesa de cinco unidades necesarias, alegando que no hay stockage del citado modelo.
«Sorprendentemente desde el lunes dejaron de entregar estas mascarillas», ha lanzado la portavoz del SUMMAT para insistir en que seguirán intentando poder analizar estas mascarillas de cara a comprobar si se puso en «riesgo» a trabajadores entregando unidades «sin testar».
Por su parte, fuentes del SUMMA han recalcado que el organismo no compra el material porque esas adquisiciones están centralizadas, ya sea por el Ministerio o la Comunidad de Madrid. En este sentido, agregan que asumen que en la compra se han comprobado las certificaciones y que el SUMMA no dispone de los datos de las certificaciones sino el organismo que adquiere el material.
También han agregado que las mascarillas y equipos de protección individual (EPIs) que se utilizan en el SUMMA son suministrados por los servicios centrales, unidades que son las «mismas» que se emplean en hospitales y demás centros asistenciales del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS).
Por tanto, han insistido en que el SUMMA no es la entidad que debe autorizar al sindicato a realizar unas pruebas de laboratorio sobre la calidad de estas mascarillas y creen que «sería absurdo» que cada trabajador «se ponga a analizar en un laboratorio cada pieza de material que se le entrega».