El Ejército del Aire y del Espacio pretende armar su sistema de aeronaves pilotadas remotamente o Remotely Piloted Aircraft Systems (RPAS) MQ-9 Predator B, para por fin poder contar con una capacidad con la que cuentan buena parte de sus aliados de la OTAN, y que no se había implementado en España por causas políticas.
Corría el mes de noviembre de 2015, cuando el Consejo de Ministros aprobaba la compra de sistema RPAS MQ-9, formado por cuatro aviones y dos estaciones de control remoto móviles o Ground Control Station (GCS) y otros elementos, al fabricante estadounidense General Atomics Aeronautical Systems Inc. (GA-ASI) por un importe de 158 millones de euros. Estamos ante una de las pocas compras que realizo el Gobierno de Mariano Rajoy, que se caracterizó por una aptitud muy pasiva para hacer frente a las necesidades de defensa. Además, antes de la adquisición y durante el proceso sus portavoces se encargaron de afirmar que no se armarían, en línea con el marcado complejo de ese anquilosado Ejecutivo, que quería evitar a toda costa cualquier crítica de la prensa progresiva.
Por entonces, Estados Unidos y el Reino Unido utilizaban plenamente sus MQ-9 Reaper armados en operaciones contra el terrorismo islámico con total eficacia, y decimos Reaper, que traducido sería segador en el aspecto de llevar la mortandad, que es como se le denominan internacionalmente, si bien en España se decidió llamarlo Predator (depredador) B, también muy posiblemente por adaptar su nombre a lo políticamente correcto.
El sistema destinada a España se empezó a entregar en 2019 al Ala 23 del Ejército del Aire y del Espacio, que le denomina como NR.05, que tiene su sede en Talavera la Real (Badajoz). Dicha Unidad tras un arduo y compleja labor consiguió en octubre de 2022 desplegar parte del sistema RPAS a la isla de Lanzarote (Canarias), durante el ejercicio Sirio, obteniendo con ello su capacidad operativa inicial o Initial Operational Capability (IOC). El NR.05, al que también le definen como sistema aéreo no tripulado Unmanned Aerial System (UAS), es fundamental ya no para el Ejército del Aire y del Espacio sino para el conjunto de las Fuerzas Armadas españolas para dotarse de capacidad de inteligencia, vigilancia, adquisición de blancos y reconocimiento o Intelligence Surveillance Target Adquisition and Reconnaissance (ISTAR).
Afortunadamente, el actual Gobierno, no tiene dichos complejos en materia de defensa, y parece que ha dado la luz verde a armar los MQ-9, y así poder incorporar dicha importantísima capacidad para llevar a cabo la guerra moderna, como se está comprobando en conflictos como los de Ucrania, Oriente Medio o en el que enfrenta a Azerbaiyán y Armenia. La confirmación vendría de la información que acaba de publicar la Revista de Aeronáutica y Astronáutica, publicación oficial del Ejército del Aire y del Espacio, informaba que: “También en 2023, en el área de UAS, se iniciarán las gestiones para dotar al Predator B de armamento”.
La gran ventaja es que el MQ-9 se comercializa con toda la preinstalación para ser armado, por lo que el proceso sería relativamente sencillo, así se debería de actualizar el software en las GCS), además en las aeronaves se deben de modificar ligeramente, instalando los pilones o puntos duros bajos los largos planos, y en estos los soportes para llevar las bombas inteligentes o misiles que se decida emplear. Además, el Ejército del Aire y del Espacio podría utilizar armamento que ya tiene como son las bombas inteligentes de tipo GBU; y en breve los misiles ligeros MBDA Brimstone, cuya adquisición anunció el Consejo de Ministros a finales de año para armar los cazabombarderos Eurofighter, pero que la Real Fuerza Aérea o Royal Air Force (RAF) integró hace años en sus MQ-9.
Además, el Ejército del Aire y del Espacio estaría estudiando el despliegue de sus Predator B por primera vez en operaciones este año entrante, siempre según el citado medio oficial. Lo más probable es que se realice en el marco de la operación de la Unión Europea contra la piratería, que se realiza en frentes a las costas de Somalia, en el océano Indico. Hasta la fecha, además de la participación de la Armada española, el principal puntal de la participación española era un avión de patrulla marítima o Maritime Patrol (MPA) Lockheed Martin P-3M Orion del Ala 11 de la Institución aeronáutica castrense, pero ante la baja de éstos y la incomprensible perdida de la capacidad a finales de 2022, se estudia sustituir a éstos con un destacamento de NR.05.
Además en dicha misión, que se realiza desde la base aérea de Yibuti, el Ejército del Aire y del Espacio desplegará puntualmente un avión de Vigilancia Marítima (VIGMA) Airbus Defence & Space (DS) CN235, o D.4 según la designación española.
