La ministra de Industria, María Reyes Maroto, no se llevará a su jefe de gabinete, Juan Ignacio Díaz Bidart, al Ayuntamiento de Madrid. Que ella sea candidata en el PSOE de la capital no significa que vaya a hacer hueco a su leal servidor. De hecho, la idea inicial que tiene la ministra es la de colocar a Juan Ignacio Díaz Bidart como secretario de Estado de Comercio; algo que ha sido interpretado como unas «gracias envenenadas» porque no se lo lleva consigo y porque Reyes Maroto sabe que la continuidad de su jefe de gabinete en el ministerio será escasa: en cuanto se celebren las elecciones generales, Juan Ignacio Díaz Bidart verá la puerta de salida. En el Consistorio tendría más calidad de vida, pero la ministra de Industria no le quiere con ella.
La idea de María Reyes Maroto es un secreto a voces en el Ministerio de Industria. Quiere cesar de forma fulminante a Xiana Margarida Méndez, la agonizante secretaria de Estado de Comercio, para colocar en su lugar a Juan Ignacio Díaz Bidart como premio de consolación por dejar el ministerio. La idea es darle las gracias por los servicios prestados, pero no parece que sea un acto de bondad desinteresado. De hecho, en Industria tienen claro que es una forma de librarse de su jefe de gabinete mutado en «fontanero» de una forma elegante para que «muera políticamente» tan pronto como se celebren las elecciones generales. Pase lo que pase en estos comicios, Juan Ignacio Díaz Bidart verá la puerta de salida en cuanto se celebren. María Reyes Maroto, sin embargo, tendrá una segunda vida en el grupo municipal socialista; que aunque no sea la mejor, al menos sobrevivirá en política más tiempo, a diferencia de Juan Ignacio Díaz Bidart.
Xiana Méndez es un daño colateral que poco le importa a María Reyes Maroto. La idea es quitarse de encima a un Juan Ignacio Díaz Bidart que se vino arriba tan pronto supo que su ministra María Reyes Maroto sería la elegida para liderar las listas en calidad de candidata al Ayuntamiento de Madrid por el PSOE. La razón por la que Reyes Maroto no le quiere con ella tendría que ver, según fuentes del Consistorio y de Ferraz, porque el jefe de gabinete se creyó Iván Redondo tan pronto como aterrizó en Cibeles y empezó a dar órdenes sin ton ni son a todo aquel que se paseara por el Ayuntamiento de Madrid, incluidos los viejos socialistas del PSOE de Madrid.
Una de las cosas que hizo Juan Ignacio Díaz Bidart nada más dejarse ver por el Ayuntamiento de Madrid, además de pisar Cibeles como si fuera su casa de siempre, fue vender a algunos concejales quién iba a aguantar, según su propio criterio, en las listas y en el grupo municipal socialista, y quien iba a dejar de ser un peso relevante en el Consistorio. Este mensaje no gustó demasiado en el Ayuntamiento de Madrid porque vieron que ya se había vestido de fontanero sin saber muy bien cómo ni cuándo aterrizaría Reyes Maroto. Al final Juan Ignacio Díaz Bidart no pintará nada en el Consistorio de la capital. Pero al menos aguantará lo que resta de año sea como sea.
María Reyes Maroto se lo ha quitado de encima y no le ha dado una segunda vida política municipal. El que además el propio jefe de gabinete haya intentado quitarse de en medio a la secretaria de Estado de Comercio no ha sido bien visto entre sus compañeros. Su carácter no gusta en Industria al igual que tampoco ha aterrizado bien en el Consistorio. Con este currículum, parece que más socialistas celebran su fin político que su supervivencia. De hecho, desde Moncloa han frenado el cese de Xiana Méndez porque no querían nuevas salidas de altos cargos en el Gobierno.