La idea del PP y del PSOE de llegar a un acuerdo para las elecciones generales está cada vez más cerca. Al principio era solo Alberto Núñez Feijoo quien lanzó el anzuelo a los socialistas a ver si picaban y conseguían un pacto de mínimos para apoyarse en una investidura. Sin embargo, y tras varios meses en los que el PSOE había guardado silencio, los socialistas se han abierto a la posibilidad de llegar a pactos con diferentes. No se ha hablado de la investidura como tal o de la lista más votada, pero sí de llegar a acuerdos puntuales para facilitar la legislatura que viene.
La idea es la de dejar a un lado los partidos más extremistas, vamos, a ERC, Podemos, EH Bildu y Vox, entre otros. El PP lo ve con buenos ojos pero quiere añadir la idea de que sea la lista más votada la que tenga que gobernar. Esto lo hacen porque tienen las encuestas de cara, pero parece que la idea de la gran coalición está cada vez más cerca. Ha sido la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, la que ha lanzado la primera piedra. Pero parece que el PSOE se está abriendo a algo más que a llegar a acuerdos puntuales como la idea de enviar armas a Ucrania para que se defienda de la invasión de Vladimir Putin.
La presidenta del Congreso, la socialista Meritxell Batet, ha defendido este lunes los acuerdos entre diferentes, algo que considera «una fortaleza» del sistema democrático, y lo que lamenta no es el pluralismo, sino la «polarización» de la política, con partidos en los extremos.
Según ha dicho en una jornada celebrada en el Congreso, el Parlamento es «la institución central de un sistema democrático de gobierno», pero una cosa es «modelo ideal» de «procedimientos ordenados, discusión racional, deliberación ponderada y un marco de estabilidad y disenso limitado», y otra cosa es la realidad actual.
A su juicio, la actual fragmentación de Parlamento (10 grupos parlamentarios con 24 partidos) puede tener «una cierta connotación negativa», pero habría que huir de «añoranzas de una pretendida edad de oro del parlamentarismo».
DEBATES MÁS LARGOS, PERO LAS LEYES SALEN
Admite que ahora «los debates son más largos y el número de oradores mayor», pero eso «puede favorecer el cumplimiento de la función de representación que debe realizar el Parlamento» y, en todo caso, no ha supuesto «un obstáculo insalvable» para llegar a acuerdos y para aprobar un centenar de leyes en estos tres años de legislatura.
«La necesidad de negociar, ceder y acordar se ve como una debilidad, en lugar de como lo que realmente es: una fortaleza democrática de nuestro sistema de gobierno –sostiene– Pactar entre diferentes es consustancial a la pluralidad democrática».
Para Batet, «lo importante en los acuerdos no es tanto con quienes se alcanzan, sino que el contenido de lo pactado sea bueno y resulte útil para los ciudadanos», y su conclusión es que en estos tres años «la capacidad de lograr acuerdos sobre textos legislativos ha sido muy alta».
Pero al margen de la pluralidad, lo que denuncia la diputada del PSC es la «polaridad y la radicalización» de fuerzas políticas asentadas en «los polos ideológicos».
FORTALECER LAS INSTITUCIONES PORQUE ES LO QUE HAY
En su opinión, hay que «fortalecer y poner en valor la institucionalidad democrática» porque «la buena salud de nuestra democracia» requiere que las instituciones democráticas gocen de prestigio.
«Podemos ser muy críticos con las instituciones democráticas y con la política, pero no tenemos alternativa –afirma–. En nuestras manos, en las de toda la sociedad, está el prestigiarlas, el ponerlas en valor, para que efectivamente sean útiles y los ciudadanos se puedan sentir representados y orgullosos».