Desde hace tiempo resonaba por toda la esfera política y, sobre todo, entre los pasillo de la sede de Vox, que Ignacio Garriga es un mero «pelele» al servicio de los «aristogatos», de los pesos pesados del partido. El nombramiento del político de Cataluña sirvió para castigar a Javier Ortega Smith y relegarle dentro de la formación de extrema derecha. Desde el primer momento, le dejaron claro a Ignacio Garriga que su «ascenso» iba a ser meramente sobre el papel, dado que no le iban a dar ningún responsabilidad. Y, si el político tenía alguna dudado de que Santiago Abascal cambiara de idea, los pesos pesados de la formación han dejado claro en varias ocasiones que no tienen ningún poder. De esta forma, han confirmado que Ignacio Garriga «ni pincha ni corta» dentro del partido de extrema derecha.
El pasado sábado 21 de enero, los principales líderes de Vox acudieron a la manifestación convocada por decenas de asociaciones y colectivos, con el lema ‘Por España, la democracia y la Constitución’. En concreto, a esta concentración contra el Gobierno de Pedro Sánchez, asistieron el presidente de Vox, Santiago Abascal; el vicepresidente de Castilla y León, Juan García-Gallardo; la candidata de Vox para la Comunidad de Madrid, Rocío Monasterio; el portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros; el vicepresidente de Acción Política y Eurodiputado de VOX, Jorge Buxadé; y el vicepresidente de Vox, Javier Ortega Smith. Sin embargo, quien no estuvo presente en este acto fue el «supuesto» número dos de la formación, el secretario General de Vox, Ignacio Garriga. Este político fue la gran ausencia, dado del partido de extrema derecha.
Sin embargo, que este político no acudiera a la manifestación junto a los pesos pesados de Vox deja clara una cuestión, Ignacio Garriga no tienen ni voz ni voto. Su nombramiento como secretario general estaba estudiando, quería a alguien a quien poder manejar y llevar a cabo cuando antes el castigo hacia Ortega Smith. Esta última cuestión es la principal razón por la que le nombraron número dos de partido, pero sin ningún tipo de responsabilidad ni poder. Es decir, el ascenso únicamente se ejecutó sobre el papel, dado que a nivel interno los que han continuado moviendo los hilos han sido los mismos.
Fuentes del partido dejan claro que el nombramiento de Garriga y la salida de Ortega Smith no es más que una maniobra que ha aprovechado (y muy bien) Buxadé para tomar las riendas del partido. Con la llegada del eurodiputado a este nivel de mando, queda claro que Vox está en manos del ala más radical del partido. Que Ignacio Garriga es el hombre paja de Buxadé es algo han querido dejar claro y que los últimos movimiento dentro del partido lo han confirmado. Ni en a la cita para presentar una querella contra Pedro Sánchez ante el Tribunal Supremo, donde acudieron todos los altos cargos del partido, ni a la manifestación de este fin de semana en Madrid. A ninguno de estos actos ha sido invitado Ignacio Garriga. Parece ser que han acotado su área de actuación y le han limitado a Cataluña donde lleva tiempo ejerciendo su actividad política.
En lo que respecta al resto de funciones y competencias que van acompañadas del cargo de secretario general de Vox no le dejan meter mano. No quieren que cuente con ningún tipo de responsabilidad y no toma de decisión. De estas cuestiones continuarán encargándose los «aristogatos», los que mueven los hilos en el partido de extrema derecha. Y más en un momento como el actual donde las elecciones a todos los niveles, nacional, autonómicas y municipales, están a la vuelta de la esquina y cualquier movimiento o decisión cuenta.
NO ES LA PRIMERA VEZ QUE VOX ESCONDE A IGNACIO GARRIGA EN UN ACTO AL QUE ACUDEN LOS PESOS PESADOS DEL PARTIDO
Santiago Abascal y todo su equipo de «aristogatos», o los que quedan, decidieron concederle más galones a Ignacio Garriga y nombrarle nuevo secretario general de la formación, con el fin de que ocupara el cargo que hasta ahora ostentaba Javier Ortega Smith. Sin embargo, parece que ya se están arrepintiendo de haber tomado esta decisión, hasta el punto de que están escondiendo al diputado por Cataluña en ciertos actos. Y es que, el pasado 23 de diciembre los pesos pesados de Vox acudieron en grupo a registrar una querella contra Pedro Sánchez ante el Tribunal Supremo. Una cita a la que no faltó ningún miembro de la cúpula de Vox, excepto uno. Ignacio Garriga fue la gran ausencia y todo parece indicar a que desde la formación de Santiago Abascal ya se están arrepintiendo del nombramiento. Se «avergüenzan» de él y no tratar de esconderle en todos los actos importantes.