El primer secretario del PSC, Salvador Illa, ha vuelto a dejar claro al PSOE que su formación en Cataluña tiene su propia hoja de ruta. Y además ha matizado que esa hoja de ruta busca más autogobierno. Estas afirmaciones las ha soltado semanas después de haber dejado caer que habría una consulta a los catalanes por la independencia. El PSOE de Emiliano García-Page ya empieza a rearmarse ante los movimientos de un PSC que cada vez coge más peso dentro de la formación. «Sin el PSC no habría independentismo». Esta frase que dicen fuentes del partido se ha escuchado más veces de las necesarias y en el PSOE se ha convertido casi en un lema de los moderados. Pero Illa sigue a lo suyo.
El primer secretario del PSC, Salvador Illa, ha abogado este viernes por una «política ordenada y centrada en ser útil» para favorecer el reencuentro en Cataluña y para fortalecer las instituciones de autogobierno. «Quiero reivindicar sin ingenuidades el derecho a ser optimistas. Los catalanes tenemos que alegrarnos por esta nueva etapa que hemos abierto, una etapa de diálogo y convivencia, buena para Cataluña y buena para el conjunto de España», ha reivindicado en su mensaje de fin de año.
Pese a ser consciente de que «el ruido político es, a veces, insoportable, y en estas últimas semanas lo ha sido de forma particular», Illa ha apelado a potenciar en 2023 todo lo que afecta a Cataluña, también en momentos de dificultades, y a defender su potencial y protagonistas. Según Illa, corresponde a la política pasar de la inercia a la acción: «Son tiempos de proactividad, de audacia. Quiero que Cataluña mire al futuro con ambición, que debe ser colectivo de todos los catalanes».
«Quiero que volvamos a ser noticia por nuestros logros, éxitos y por el merecido prestigio que, a veces, se ha olvidado de que los catalanes somos gente que hacemos las cosas bien hechas y con ‘seny», ha apuntado.
LA BATALLA INTERNA
El PSOE incuba una guerra civil que más de un socialista lleva tiempo esperando. El PSC se ha convertido en el hermano «radical» del Partido Socialista Obrero Español hasta el extremo de que ha tomado un papel «excesivamente» protagonista durante la negociación de los Presupuestos Generales del Estado con ERC. Los socialistas más moderados (liderados por el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page) están muy descontentos con el resultado. Los delitos de malversación y sedición son la primera piedra del muro, pero el referéndum ha sido la gota que ha colmado el vaso. Ahora mismo, el PSOE está haciendo malabares para evitar la guerra civil entre los moderados y el PSC. Y Salvador Illa ha sido quien ha dado el pistoletazo de salida a esta batalla.
El exministro de Sanidad ha puesto la guinda del pastel. La entrega del PSOE a ERC en la negociación de los Presupuestos Generales del Estado ha hecho el resto. Salvador Illa ha reconocido que habrá una «consulta» a los catalanes mientras que el Gobierno se ha dedicado a satisfacer las exigencias de los de Oriol Junqueras en asuntos como el delito de malversación o el de sedición. Todo esto ha dejado claro que los socialistas no han tenido ningún problema en dar concesiones a los independentistas, pero el PSC ha tenido un papel muy potente en estas concesiones y en estas negociaciones. Ellos son los primeros que simpatizan con el nacionalismo catalán, una acusación que se empieza a escuchar con más fuerza.
En Ferraz llevan tiempo pagando «la cuota» al PSC. Así se llama y se ve en el seno del PSOE. Que le tuvieran que dar un ministerio a Salvador Illa para después darle otro tras su salida a Miquel Iceta no fue más que el pago directo de una «cuota» para que los socialistas catalanes no vayan por libre. La delegación catalana del PSOE es importante para la formación. Pero al igual que hace ERC con los Presupuestos, lleva tiempo presionando a los socialistas con su peso en Cataluña para conseguir todas las concesiones posibles. Y el problema ahora es que la consulta a los catalanes es algo que gusta en el seno del PSC. Han presionado para llevarla a cabo.