Varias víctimas de abusos sexuales por parte de un exprofesor del Aula de Teatre de Lleida entre 2001 y 2008 han explicado en el documental ‘El techo amarillo’ de la cineasta Isabel Coixet que no se han sentido apoyadas ni por parte de la dirección de la escuela ni por parte del Ayuntamiento: «No lo habríamos hecho (el documental) si no nos hubieran hecho enfadar tanto».
Así lo han explicado en una entrevista cuatro de las protagonistas antes del estreno del documental este viernes, en la que han asegurado que desde la dirección de la escuela «no lo han sabido gestionar ni hace 20 años ni ahora».
En 2018, un grupo de nueve mujeres presentaron una denuncia contra dos de sus profesores del Aula de Teatre de Lleida por abusos sexuales entre el 2001 y el 2008, cuando eran adolescentes, aunque la denuncia llegó cuando el caso ya estaba prescrito y se archivó.
Han explicado que al principio les costó exponerse, aunque han asegurado que Isabel Coixet les transmitió mucha seguridad y decidieron mostrar sus caras para hacer el documental, hecho que «hace también que la gente vea que detrás hay personas de verdad».
«Somos nueve denunciantes, aunque al final somos siete en la pantalla. Lo que es cierto es que el proceso es con altibajos y hay momentos en los que estás más fuerte y otros que no tanto. Lo bueno es que nos hemos estirado entre todas y nos hemos apoyado», ha sostenido una de ellas.
«Nadie quiere ser una víctima. El concepto que tenemos de víctima es una persona llorando, triste, arrinconada. Estamos hartas de la connotación negativa que tiene ser víctima. Pues sí, he sido víctima y no pasa nada. No me avergüenzo porque yo no tengo que tener vergüenza de nada. Otras personas son las que tienen que tener vergüenza: los que lo han hecho y los cómplices», ha dicho una de ellas.
Otra ha añadido que ellas son personas normales y corrientes, que sufrieron una situación de abusos cuando eran adolescentes y jóvenes, aunque ha expresado: «Esto no ha impedido que llevemos una vida feliz«.
«Esto nos ha marcado y ha sido una época muy oscura, pero nosotras hemos hecho un proceso que creo que lo hemos ubicado en nuestras vidas. Esto condiciona quién somos, pero no somos solamente víctimas. Somos también actrices, gente con sueños, con proyectos, con familia, con amigas… Esto nos ha condicionado, pero esto no puede determinar quién somos», ha sostenido otra.
Han manifestado que se han sentido revictimizadas en más de una ocasión: «Cuando una persona ha sufrido un abuso nadie puede juzgarlo. No es más abuso si ha habido penetración que si no, no hay grados de abuso. Entender que ya es suficientemente doloroso explicarlo cuando vas a los Mossos a prestar declaración como para que todo el mundo esté preguntando qué es lo que pasó. Yo pienso que esto se tendría que empezar a eliminar».
Asimismo, han instado en poner el foco en el agresor y no en la víctima, y han alegado que es un error estar pendiente de lo que ha pasado uno y muy poco de lo que ha hecho otro: «Quizás sería importante preguntarse más el motor de las acciones y no tanto la reacción que han tenido».
Isabel Coixet empezó a interesarse por el tema a raíz de varias noticias publicadas en el diario ‘Ara’, y le pareció que las jóvenes tenían unas voces que «contaban muy bien lo que es el victimismo sin rencor, solo con un hambre y una sed de justicia», lo que ha asegurado en una entrevista que le impresionó.
Ha explicado que le ha costado encontrar víctimas que quieran mostrarse y hablar, y que al principio empezó a grabar con nueve denunciantes, pero después de varias grabaciones dos de ellas se echaron atrás: «Lo entiendo perfectamente. Creo que muchas veces exigimos que las víctimas den la cara o que colaboren en documentales o en lo que sea, y creo que es exigirles cosas que no tenemos derecho a exigir».
Coixet ha manifestado que quiso añadir la voz del acusado en el documental, ya que dice que es su «deber», pero ha expresado que él niega los hechos y que alega que los delitos están prescritos por la ley; lo que sí que incluye en el documental son entrevistas y grabaciones de aquella época donde aparece.
«La gente se escuda en decir que están prescritos los delitos para tapar las cosas. Las cosas ocurrieron, y eso es algo que desde el principio está en el documento de Fiscalía después de la investigación que se hizo», ha añadido.
Asimismo, Coixet ha manifestado que al principio pensó en hacer una ficción en lugar de un documental, pero que cuando conoció a las chicas pensó que «cuanto menos tocara, manipulara o ficcionara sus testimonios más resaltaría la verdad y la realidad de lo que ocurrió».
Ha detallado que hace dos semanas el Ayuntamiento de Lleida al ver el documental pidió disculpas oficiales a las chicas por primera vez, lo que considera como «meritorio», y que a raíz del documental se reabrirá la investigación y lo utilizarán como prueba.