Vox le pidió a Rocío Monasterio, su candidata autonómica en la capital, que diferenciara su discurso de forma radical de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Pero el resultado no ha sido el más adecuado. En Vox viven un auténtico infierno interno porque por primera vez se ve la división interna. Pero han focalizado el problema en Monasterio y la incapacidad del partido de apartarla de una candidatura tan importante como la de esta autonomía. Vox no sabe cómo abordar este problema. Y entretanto, la forma de Monasterio de endurecer su discurso solo la aparta más de la posibilidad de condicionar el gobierno de Ayuso. En el partido de Santiago Abascal quieren apartar a Rocío Monasterio, pero no saben cómo abordar esto sin chocar directamente con el dueño del partido: Iván Espinosa de los Monteros.
Nadie duda que Rocío Monasterio irá a las elecciones autonómicas de mayo como cabeza de lista. Igual que nadie tiene dudas tampoco de que el resultado electoral de la candidata será lo suficientemente nefasto como para no tener nada que decir durante los cuatro años siguientes. Los sondeos internos de Vox hablan de una mayoría absoluta de Isabel Díaz Ayuso. Y desde la formación ven cómo esas órdenes que ha recibido la diputada de la Asamblea no están dando ningún resultado. Hasta ahora, Rocío Monasterio ha anunciado que votará en contra de las cuentas que ha presentado el Partido Popular. Y no es que haya una alternativa en la negociación palpable; se trata de escenificar esa diferencia política que ha desaparecido en la Comunidad de Madrid.
La forma de Monasterio de intentar ganarse a la derecha electoral no ha gustado nada en Vox porque no está consiguiendo los resultados esperados. En Vox quiere apartarla, a excepción del propio Iván Espinosa de los Monteros, pero no saben cómo. Fuentes del partido de Santiago Abascal aseguran a MONCLOA.com que la idea es esperar a las elecciones. El mal resultado previsible que obtendrá Rocío Monasterio y la también esperada mayoría absoluta del PP serán una losa que ni Espinosa de los Monteros ni Monasterio podrán quitarse de encima. La esperanza es que el fracaso sea más estrepitoso de lo normal. El miedo reside en que si Monasterio consigue que el PP no obtenga mayoría absoluta, por cerca que se quede, no será tan fácil sacarla.
«si se hizo con (Macarena) Olona, ¿por qué no se hará lo mismo con Monasterio?»
La idea que tienen en Vox es que «si se hizo con (Macarena) Olona, ¿por qué no se hará lo mismo con Monasterio?», detallan desde el partido. Si el hecho de que la exdiputada de Vox Macarena Olona viera cómo el PP le comía la tostada electoral en el parlamento andaluz dejándola como mera espectadora de los próximos cuatro años de gobierno fue suficiente para apartarla de la política de mala manera, desde la formación creen que se hará lo mismo con Monasterio (o al menos se debería). Este sentir se ha popularizado en la formación porque entienden que Monasterio no es la candidata ideal para batirse con Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid. Y dado que están de capa caída en las encuestas, lo peor que se puede hacer, a ojos de las fuentes Vox, es darlo todo en las comunidades donde creen tener un potencial nicho de voto. Y Madrid lo es.
A todo esto hay que añadir la amenaza que supone Macarena Olona, aunque esto se centra más en las generales. Desde Vox creen que un mal resultado en la Comunidad de Madrid puede hacer un efecto llamada entre los votantes de la derecha y empujarlos a los brazos de Alberto Núñez Feijoo. Y si a esto se le añade la alternativa de Olona, las cuentas salen de mala manera, tal y como comentan en la formación. Ahora mismo, el equipo de Monasterio ve un éxito su forma de hacer política, pero nada más lejos de la realidad. Han vendido a este medio que han empujado al PP a los brazos de Más Madrid, pero no lo ven igual en las bases del partido. Monasterio está en una posición delicada, pero su pareja la ha dejado en una posición aparentemente blindada.