El ala dura del Partido Popular no está conforme con cómo se cuecen las cosas en la cúpula de Génova. Todo se debate en un grupo de Whatsapp que consta de seis personas (Marta Varela, Marcos Gómez, Mar Sánchez, Luis de la Matta y Álvaro Pérez, además del propio Alberto Núñez Feijoo) al que no tiene acceso ni Esteban González Pons. El problema es que el ala dura del partido tiene claro que su fuerza en la formación es más que notable y saben que pueden presionar. Ahora, el plan pasa por elevar la tensión lo suficiente como para señalar a quienes consideran culpables del «débil» discurso que mantiene el PP de puertas hacia fuera. Todos los integrantes de este grupo están señalados, pero en especial Mar Sánchez y Luis de la Matta, a quienes consideran los consejeros más leales a Feijoo. La idea es que se endurezca el discurso y que se abra ese «comité de expertos» a quienes llevan más tiempo paseando por la séptima planta de Génova 13.
Las quejas por los errores de Feijoo y por el discurso tan débil que mantiene el partido frente al Gobierno se han disparado estos últimos meses. Entienden que se puede hacer más, pero sobretodo no comprenden por qué Feijoo solo se apoya en su núcleo duro gallego para tomar decisiones de calado para todo el partido. No hablamos de ese PP de Isabel Díaz Ayuso, el cual funciona completamente por libre y no tiene que responder a Génova ante ninguno de sus actos. Hablamos del ala dura del partido que se ha mantenido a flote tras la caída de Pablo Casado y que todavía pasea por la sede de Génova. Ese PP que Feijoo ha intentado premiar con algún que otro foco y que considera que se representa con Pedro Rollán y con Esteban González Pons, así como con Cuca Gamarra. Pero lo cierto es que la tensión crece y la caza de brujas también: con de la Matta y Mar Sánchez en el centro de todas las críticas por la «blanda» estrategia política.
La persecución de estos dos asesores estrechos de Feijoo viene de lejos. En un principio fue el hermetismo del núcleo duro el que desesperó al ala dura del PP, pero ahora es el discurso «flojo» el que empieza a sacar de quicio a más de uno que ya no sabe cómo elevar la presión sobre estos dos asesores. Ya no se refieren solo a esos errores cometidos en público como puede ser el hablar de prohibir los coches con más de diez años de antigüedad, algo que dejó tiritando a más de uno en el Partido Popular, sino que creen que Sánchez está en horas bajas y es el momento de atacar. El presidente popular gallego está desaparecido y no se le espera. Y saben que todo esto responde a una estrategia de los gurús en materia de comunicación de Feijoo que aún creen que aguantar el resultado es la mejor opción con diferencia.
Fuentes de Génova dejan claro que la estrategia a seguir y el tono es un vector de conflicto interno, pero no es el único. Mar Sánchez y Luis de la Matta mantienen un hermetismo que no solo ha llevado a Feijoo a ser inabordable dentro del partido, sino que también ha empujado a los populares a perder el apoyo manifiesto de la prensa conservadora. Esta afirmación, muy repetida por fuentes de Génova, se ha convertido en otro tema de conversación en los grupos de Whatsapp y en los propios restaurantes que acogen comidas de partido. Feijoo ahora mismo no está bien visto a nivel interno, sobretodo por el ala dura, pero poco le importa dado que solo responde dentro de ese grupo de seis personas de confianza.
La idea que tiene el ala dura es la de apretar más a medida que se acerquen las elecciones. Solo las buenas encuestas mantienen controladas las críticas que acechan especialmente sobre Mar Sánchez y Luis de la Matta. «Madrid no es Galicia», dejan claro las fuentes consultadas del Partido Popular. «Y tratar con los medios de comunicación de la capital no es lidiar con La Voz de Galicia», matizan. Esta sensación de desconexión absoluta con la cúpula del Partido Popular se ha acentuado con el paso del tiempo, pero el núcleo duro de Alberto Núñez Feijoo no parece querer ponerle solución. La hoja de ruta es clara para los gallegos mientras que el ala dura del PP empieza a tener una hoja alternativa. No es algo nuevo, pues hace unos meses pasó lo mismo con un Pablo Casado que tuvo que salir por la puerta trasera de Génova.