La política española trae para esta semana un nuevo tema para acaparar la atención de la ciudadanía. La posibilidad de que se adelanten las elecciones generales para que se celebren antes que las autonómicas y municipales, coge fuerza tanto en la sede del Partido Popular (PP), como dentro de la cueva del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), pues desde ambos grupos políticos se ven con posibilidades de salir victoriosos, de acuerdo con las encuestas que manejan, cada cual por su lado.
El primero en dar el paso ha sido el grupo de Génova, donde consideran que tienen el suficiente respaldo de un electorado que está harto de la crisis económica y de los sinsentidos del Gobierno que dirige Pedro Sánchez, y que en lugar de seguirle el juego a los de Ciudadanos y de Vox, que han intentado forzar a los populares para que promover un voto de censura contra el Ejecutivo, han picado adelante y lo dejó caer este lunes en el Senado, para dejar claro que su partido está enfocado en ello y que sus aspiraciones de llegar a La Moncloa están más firmes que nunca.
Sin embargo, en Ferraz no se quedan atrás y hay más de un barón pujando para que haya un adelanto de elecciones, pese a que a la legislatura de Pedro Sánchez todavía le queda, en teoría, un año por delante, pero saben que las movidas que está preparando el Gobierno para fortalecer el pago de las pensiones y todas las medidas de aumento de salarios a los funcionarios del Estado, podrían en este momento beneficiarlos en las urnas.
La clave de lo que podría suceder dentro de los próximos meses estará dado por lo que digan las encuestas que manejan ambos partidos políticos, pues cada cual está buscando el mejor momento para coger desprevenido al contrincante, pero al final, desde el Partido Popular saben muy bien que Pedro Sánchez solo accederá a que se adelantes los comicios solo si sospecha que los resultados lo beneficiarán a él y a su grupo político, porque de lo contrario, dejará que corran los meses y permitirá que primero se celebren las elecciones municipales y autonómicas, que están previstas para mayo del próximo año.
Núñez Feijoo ha sido claro en el mensaje que envió este lunes a Pedro Sánchez: «Tienen la mayoría parlamentaria, pero no la mayoría social (…) sí creen que me equivoco, demuéstrenlo y convoquen a unas elecciones generales», dijo el líder de los populares en el Senado.
A esta afirmación se le suman también las declaraciones ofrecidas por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien en una radio nacional soltó que todas las decisiones y cambios legislativos que está impulsado el Gobierno no son legítimos, por lo que retó a Pedro Sánchez a que lo plasme todo en un programa electoral y que se mida en las urnas.
Mientras tanto, en el PSOE están apostando por el rédito que les puede suponer, en su conjunto, las políticas sociales que han implementado durante el último año y que prometen para los próximos meses, pues saben que solo a través de beneficios económicos podrían mantener cautivo a un electorado que se las ha visto negras, desde el punto de vista económico, so pretexto de la invasión de Rusia a Ucrania, que ha sido utilizada una y otra vez por el Gobierno de Pedro Sánchez para justificar los elevados precios de la luz, el gas y el incremento del IPC.
Es por ello que el Ejecutivo continuará midiendo los efectos de sus políticas y ha decidido anunciar para los próximos días una «solución» para ponerle coto al incremento desmedido de los precios de los alimentos, que es uno de los mayores problemas que afecta a la sociedad española estos últimos meses, en los que el aumento de los productos básicos de la cesta de la compra se han incrementado, en promedio, más del 15%.
Para el PSOE uno de los puntos más neurálgicos a resolver en este momento es el hecho de que los demás socios de Gobierno socialista están visiblemente disminuidos y fragmentados, pues por un lado, Unidas Podemos ha perdido arrastre entre quienes se contaban como simpatizantes y ahora aparece la sombra de Yolanda Díaz y su proyecto político de Sumar, que les está haciendo sombra y los mantiene en tensión permanente porque no terminan de saber si al final, la vicepresidenta segunda de Gobierno los tomará en cuenta y les permitirá unirse a ella o si por el contrario, les robará simpatizantes y votos.
A estas alturas, lo que en principio sonaba a que sería una crisis de Gobierno y que se esperaba que comenzara con el 2023, podría tratarse más bien de una movida del Ejecutivo para forzar a que se hagan unas elecciones generales anticipadas en las que Pedro Sánchez procurará, por todos los medios mantenerse en el poder.