El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijoo, no quiere más cara a cara con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. La obsesión del líder del PP por mantener el resultado ha trascendido el cargo y ya no considera ni que deba tener enfrentamientos con el líder del PSOE. El Partido Popular está enganchado a las encuestas y ven que no hacer nada sirve de mucho, por no hablar de que hay gurús que consideran que Feijoo no debe hablar más de la cuenta para evitar fallos garrafales como el de los coches con más de diez años de antigüedad y la necesidad de prohibirles circular por todas las carreteras españolas. Feijoo ha llegado al extremo de pedir a su portavoz en el Senado, Javier Maroto, que no solicite cara a cara con el líder del PSOE. No quiere saber nada de los enfrentamientos.
Esta actitud «amarrategui», como la denominan algunas fuentes de la formación, no está precisamente generando tranquilidad en la formación. La sensación de que Alberto Núñez Feijoo no quiere desgastarse en ningún debate ni quiere dejarse caer por las cadenas de televisión para que no surjan problemas de ninguna clase se ha dejado notar en Génova generando a su paso un fuerte malestar. Las voces que piden en Génova que hay que morder crecen mientras Alberto Núñez Feijoo quiere pasar desapercibido para aguantar el resultado. Feijoo prefiere ahora mismo una mayoría simple garantizada que pelear por una mayoría absoluta. Todo esto desespera en Génova más de la cuenta, pero dado que Mar Sánchez y Luis de la Matta han encerrado a Feijoo en su despacho, no parece que se hayan dejado ver los enfrentamientos.
Esta actitud no es solo un cotilleo que circula por Génova. También hay hechos que dejan claro que Feijoo no quiere desgastarse con nada. El presidente del partido ha exigido a Javier Maroto que no pida un cara a cara entre el presidente del Gobierno y el propio Feijoo. Esta realidad ha trascendido y ha calado en el grupo hasta el extremo de que los hay visiblemente enfadados con los planes que han urdido en la sala de máquinas del partido. Feijoo no quiere problemas.
El gesto con Maroto también se ha trasladado a los medios de comunicación, tal y como aseguran fuentes del partido. Esta victoria aparente que reflejan los sondeos internos han motivado al equipo más estrecho del expresidente autonómico para que ni siquiera se atreva a ir a las televisiones. Tras el último fiasco de los coches y los diez años de antigüedad, en Génova no hay quien confíe en la habilidad del presidente del partido de sentarse frente a un periodista de raza para responder a sus preguntas. El presidente del PP solo atiende rondas sin preguntas. Y los canutazos con previa conversación con de la Matta, eso siempre que esté y ejerza como responsable de prensa.
El presidente del Gobierno, por su parte, tiene otra hoja de ruta. El PSOE ha decidido apretar el acelerador en su discurso «antiPP» y quiere buscar el choque constantemente con el líder conservador porque está de capa caída. Al mismo tiempo que Feijoo quiere aguantar el resultado, el presidente del Gobierno quiere exactamente lo contrario porque sabe que está de capa caída. Este baile ha repercutido en peticiones expresas en instituciones como el Senado para intentar buscar (o esquivar) un encuentro. De momento, el plan inicial de los dos grandes partidos es exactamente el contrario el uno del otro. Pero la diferencia es que el PP tiene la presión interna de quienes quieren que Alberto Núñez Feijoo dé un paso adelante.