Félix Bolaños es un mal enemigo. La salida del exjefe de gabinete Iván Redondo de Moncloa le dejó vía libre para convertirse en la mano derecha del todopoderoso presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Y el ministro de Presidencia de Gobierno ha aprovechado la oportunidad hasta el punto de que se ha convertido en el mejor interlocutor entre el líder del PSOE y el resto del partido. El problema es que en Ferraz empieza a circular el comentario certero de que Félix Bolaños “no es de fiar”, y menos cuando se tiene en cuenta la traición del ministro a la delegada del Gobierno en Madrid, Mercedes González. Bolaños está en una dinámica propia de la realpolitik que le ha alejado de las lealtades de partido y de las amistades para convertirle en un despiadado ejecutor de voluntades. Y la propia delegada del Gobierno da cuenta de ello.
La traición de Félix Bolaños a Mercedes González ha sido muy sonada. No fueron ni una ni dos veces los momentos en los que el ministro de Presidencia le prometió a la delegada del Gobierno que sería ella la candidata del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid. Cuando Mercedes González vendía a los suyos que sería ella la elegida lo hacía con conocimiento de causa. Bolaños le había prometido una y mil veces que sería ella y se lo decía porque presuntamente el propio presidente del Gobierno así lo quería. Sin embargo, en cuando Juan Lobato, secretario general del PSOE de Madrid, empezó a trabajar en contra de los intereses de Mercedes González, Félix Bolaños no se opuso. Y aquí es donde está esa traición de la que todos hablan.
La delegada del Gobierno en Madrid está en una posición delicada. Ha pasado de ser la favorita del reino a la defenestrada que nadie quiere ubicar en ningún sitio. Y todo con el silencio cómplice de un Félix Bolaños que lo mismo se reúne con la delegada del Gobierno para prometerle el oro y el moro que trabaja en qué vocales compondrán el nuevo Consejo General del Poder Judicial. Desde el PSOE entienden que Félix Bolaños ha dado un giro de 180 grados en su forma de tratar con el resto de socialistas y ya no hay ni uno que se fíe de las palabras del ministro de Presidencia del Gobierno. Ni siquiera los magistrados o letrados a los que les ha prometido un puesto como vocal del CGPJ.
La traición de Félix Bolaños a Mercedes González ha hecho especial daño en Ferraz porque nadie entiende qué ha podido llevar al nuevo Iván Redondo a obedecer los intereses personales de Juan Lobato. Para los socialistas, este “abandono” del ministro de Presidencia y esta falta de palabra a la hora de cumplir sus promesas les ha pasado factura. La frialdad que ha adoptado Moncloa en estos momentos asusta, y mucho, en el seno socialista y la traición a Mercedes González ha llevado al PSOE a vivir una pequeña crisis interna que también ha erosionado la figura política de Félix Bolaños.
Juan Lobato se alió con Santos Cerdán para acabar con las pretensiones políticas de Mercedes González
Juan Lobato se alió con el fontanero oficial del reino, Santos Cerdán, para acabar con las pretensiones políticas de Mercedes González, pero por primera vez en mucho tiempo Félix Bolaños no se quiso meter en estos asuntos y dejó caer a una Mercedes González a la que llevaba meses prometiéndole que sería la candidata del PSOE al Ayuntamiento de Madrid. Bolaños sigue a lo suyo y ni siquiera se ha dignado a aclarar a la delegada del Gobierno en la capital qué ocurrió y por qué. El ministro de Presidencia de Gobierno tiene bastante con lo suyo. Y más cuando suena su nombre como posible candidato en alguna autonomía o en algún municipio.