La Ley de Bienestar Animal se ha convertido en una de las grandes polémicas que acechan sobre el Gobierno de España y, en concreto, sobre el ministerio de Ione Belarra. Una ley que busca, no sólo controlar las mascotas de compañía, sino también la «crianza» y venta de estos animales por parte de profesionales y particulares. Una polémica en la que el mundo de la caza está siendo una pieza clave de presión.
En un momento tan convulso como el actual para gran parte de la ciudadanía española, con una incipiente crisis económica aterradora, y en plena guerra entre Ucrania y Rusia, la Ley de Bienestar Animal diseñada por la parte podemita del Gobierno de España no ha pasado desapercibida. Y es que muchos no han dudado en criticar el nuevo proyecto del departamento de Ione Belarra, asegurando muchos que esta ley podría buscar el fin de algunos animales como mascotas, como es el caso de las tortugas, o los pájaros.
Sin embargo, hay otro apartado del proyecto diseñado por los morados que acapara aún más titulares: la búsqueda de la creación de un «censo de criadores», pensado para mantener un aparente control sobre la cría y la venta de animales de compañía, especialmente perros. Un censo que, a pesar de los puntos positivos de la ley, podría implicar un «vacío legal» adaptado a las presiones del mundo de la caza, que no ha dejado de mostrar su rechazo frente a esta posible nueva normativa.
EL SECTOR DE LA CAZA PRESIONA CONTRA LA LEY
«Estamos hablando de una ley que tiene más de seis mil alegaciones; una ley que rechazamos de facto y, si nos limitamos a la caza, estamos hablando de una ley que de aprobarse limitaría o imposibilitaría el ejercicio de la actividad» destacaba hace unos días Álvaro Fernández, cazador y presidente de Aristeo, en conversaciones con Trece TV.
Palabras que parecen demostrar el claro desagrado del sector de la caza con respecto a la nueva Ley de Bienestar Animal. Una ley que, sin embargo y tal y como apuntan fuentes a este diario, podría estar dando un espacio «entre líneas» a los cazadores. En concreto, a través de la creación de la figura de los «criadores».
Así pues, tal y como ha podido saber Moncloa.com, actualmente existe la figura del «núcleo zoológico». Un centro que se encarga del cuidado, cría y comercialización de los animales, y que está sujeto a una fuerte normativa autonómica, existiendo hasta 17 legislaciones al respecto. Una figura que, en los últimos años y tal y como apuntan fuentes, ha sufrido enormemente la «desidia institucional», que ha permitido ciertos «vacíos legales».
Vacíos que ahora podrían repetirse con la figura de los criadores diseñada en la Ley de Bienestar Animal. Una figura que no necesita los permisos de un núcleo zoológico para tener estos animales, causando además un fuerte enfrentamiento entre legislaciones autonómicas y nacionales. Criadores que podrían suponer una nueva «trampa» de los cazadores para mantener la crianza de los perros de caza; una forma de mantener las rehalas de caza, sin necesidad de que estos «criadores» tengan que cumplir con la estricta normativa que conlleva un núcleo zoológico.
PROFESIONALIZACIÓN PARA DEFENDER EL BIENESTAR ANIMAL
Permisividad ante la «cría» de animales al margen de la normativa que provoca, tal y como apuntan fuentes a Moncloa.com, que cada año haya que lamentar más abandonos de animales. Especialmente, en el mundo de la caza, donde el «descarte» de muchos cachorros y ejemplares de estos perros de caza, cuando ya no son «útiles», provoca el abandono de estos animales en perreras o en las carreteras.
Una situación ante la que los profesionales de los núcleos zoológicos consultados por este diario exigen que la Ley de Bienestar Animal, correcta en otros apartados, busque en éste la «profesionalización del sector«. Una profesionalización que no tiene que ver con el volumen de animales que tenga cada núcleo zoológico, sino con el cumplimiento de la normativa vigente.
Una normativa que no sólo exige ciertos requisitos para los núcleos y para sus profesionales, sino que también garantiza el Bienestar Animal, ya que muchos de los profesionales que, desde hace años, trabajan en este sector, lo hacen con conocimientos sobre el correcto cuidado de estos animales, tanto en el día a día, como en su cuidado sanitario, detección de infecciones, etc. Cuidado que está muy lejos de los censos de criadores propuestos ahora por la Ley de Ione Belarra, así como del «blanqueamiento» que se pretende realizar desde el mundo de la caza con respecto a esta normativa.
Normativa que, de implantarse correctamente, no sólo podría fomentar el cuidado de los animales, y su «reproducción» cumpliendo con requisitos muy específicos, sino que también podría acabar con una de las mayores lacras sociales de la actualidad, como es el maltrato o el abandono animal en el país.