La designación de la diplomática chavista Coromoto Godoy Calderón como embajadora del régimen de Nicolás Maduro en España tiene a la «primera combatiente», Cilia Flores, echando humo. El premio que le ha dado el dictador venezolano a la ex embajadora de Venezuela en Trinidad y Tobago, en reemplazo de Mauricio Rodríguez, que hasta el mes pasado estaba como representante de negocios en el país, ha sido la razón de más de una discusión entre la pareja presidencial venezolana durante las últimas semanas.
La designación de Godoy al frente de la representación diplomática de Venezuela ante el reino de España no ha sido confirmada de manera oficial por el Ministerio de Asuntos Exteriores, pero lo que se maneja es que esta funcionaria del régimen chavista, junto a la cónsul Glenna Cabello, hermana de Diosdado Cabello, serán las piezas claves del dictador venezolano para darle continuidad a la estrategia de volver a la Unión Europea, utilizando a España como puerta de entrada, a través del Gobierno de Pedro Sánchez.
Fuentes internas del régimen han señalado a Moncloa.com que el traslado de Godoy a España no ha sentado bien por los predios del Palacio de Miraflores, en Venezuela, pues la «primera combatiente», como llama Maduro a su mujer, la ha tenido en la mira desde hace varios años, pues dicen que entre la diplomática y el dictador hay una amistad «muy especial» y que Cilia Flores la ha sacado de sus casillas en más de una oportunidad y que lo ha obligado a que la envíe a misiones diplomáticas lejos de Venezuela, donde el mandatario venezolano no pueda tener tanto alcance con la funcionaria.
La situación en España, en relación con Venezuela y su política, es compleja, porque aunque oficialmente el Ejecutivo de Pedro Sánchez no se ha querido mojar, aceptando que ya reconocen a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela, la realidad es que las instituciones españolas se reúnen desde hace varios meses con los representantes que el chavismo ha designado en el país y para ello es que justamente llegaron Godoy y Cabello, quienes se están encargando de reactivar los vínculos con ciertos sectores.
Sin embargo, desde el Ministerio de Asuntos Exteriores todavía suelen responder a los requerimientos del embajador Antonio Ecarri, designado como tal por el gobierno interino de Juan Guaidó, a pesar de que también reconocen a las instituciones del régimen de Nicolás Maduro y por ello están intentando reactivar las relaciones económicas con el Estado venezolano, lo que quiere decir que el Gobierno español sigue haciéndose el loco con la situación de mantener dos embajadas de Venezuela en territorio español.
La orden desde Miraflores es que Coromoto Godoy se mantenga más bajo perfil en España y que será la hermana del número dos del chavismo, Glenna Cabello, la que figure en todos los encuentros con personajes importantes del entorno político español y la que se encargue de las «finanzas» de los consulados del país caribeño en España, pero que la amiga especial de Maduro tendrá la responsabilidad de gestionar la aceptación del régimen por parte del Gobierno español y de la Unió Europea como tal.
La estrategia del régimen venezolano es continuar ofreciendo la opción de que Venezuela se convierta en la alternativa para solventar la crisis energética que vive Europa, ocasionada por la invasión de Rusia a Ucrania, pero para ello está presionando para que la Unión Europea devuelva los fondos que han sido congelados en los bancos de la región y para ello tienen levantar las sanciones que ha sido impuestas desde 2017 y reconocer, públicamente, a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela y retirar el reconocimiento al gobierno interino de Juan Guaidó.
Coromoto Godoy fue la misma embajadora de Venezuela en Trinidad y Tobago que operó durante varios años para gestionar las deportaciones de cientos de ciudadanos de ese país que huyeron de Venezuela hacia esta isla del Caribe, con el aval del Gobierno de ese país, que manifestó su apoyo a las autoridades venezolanas y cometieron múltiples atropellos contra los migrantes.
Con la llegada de esta funcionaria, desde la oposición venezolana temen que el reconocimiento al régimen de Nicolás Maduro pase por perjudicar a toda la comunidad venezolana que está radicada en España y que hasta ahora se traduce en más de medio millón de venezolanos que han llegado al país huyendo de la crisis económica y social que ha ocasionado la dictadura en el país caribeño, pues su el Ejecutivo de Pedro Sánchez se plantea reconocer como presidente a Maduro, la figura de la residencia por razones humanitarias para los ciudadanos venezolanos podría estar en peligro y más con la gestión que podría estar haciendo la diplomática, que es muy cercana al círculo más íntimo del dictador venezolano.
Solo resta esperar a ver cuáles serán los siguientes movimientos del Gobierno de Pedro Sánchez, de cara al restablecimiento de las relaciones con Venezuela y con el régimen de Nicolás Maduro y cuál será el futuro de las sanciones impuestas por la Unión Europea.