En octubre de 1982 comenzó la hegemonía en el centro-derecha de los populares tras la hecatombe de la UCD, que perdió 157 escaños. El pasado domingo se produjo el segundo mayor derrumbe de un partido, en este caso el Partido Popular, que se dejó 71 diputados. Albert Rivera, ojo avizor, quiere aprovechar la debacle de Pablo Casado y apuntillarlo el 26-M.
El líder de Ciudadanos fue el único que aprobó con nota dentro del ‘trío de Colón’ y se quedó a ocho décimas del Partido Popular, que ahora tilda de «extrema derecha» a Vox tras haber regalado el carril central a Pedro Sánchez y a Rivera, que previsiblemente no llegarán a ningún acuerdo.
Al presidente del Gobierno no le urge un pacto con Cs después de que el ‘bloque de la moción de censura’ roce los 200 escaños y el aspirante a líder de la oposición no quiere perder comba y sabe que si quiere convertirse en alternativa real debe sacar a codazos al PP, su próximo objetivo.
Albert Rivera llegó a la política en 2006 con una cara socialdemócrata, en 2008 pactó con la extrema derecha antieuropea, en 2014 resucitó como una nueva UPyD, en 2015 anunció que quería acabar con el bipartidismo como liberal europeo, en 2016 apuntaló al PP y PSOE en todos los lugares que pudo y en 2019 aspira a convertirse en la segunda fuerza. Podría lograrlo el 26-M.
RIVERA QUIERE QUITARSE LA ETIQUETA
Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, afirma que «por el bien del país y la economía» Ciudadanos debe abstenerse en la sesión de investidura de Pedro Sánchez. Los analistas del Banco Santander apuntan por el mismo camino.
Y Albert Rivera, harto de la etiqueta que le sitúa como ‘el chico del Ibex-35’, no quiere que otros le estropeen unas autonómicas y municipales en las que tienen buenas sensaciones y se ha mostrado inflexible: «Los españoles han preferido un Gobierno de Sánchez con Podemos y los nacionalistas. Los que han votado han sido los españoles, no la CEOE ni los bancos».
Ciudadanos también podría situarse contra Sánchez para demostrar que Rivera es capaz de cumplir por una vez su palabra y dejar de ser advertido como «la veleta naranja» que tanto bramaba Vox antes de su gatillazo.
Rivera fue claro en ‘El programa de Ana Rosa’: «El PSOE tiene la obligación de formar Gobierno y tiene la mayoría para hacerlo, mientras que nosotros lideraremos una oposición muy vigilante y leal a la Constitución».
Eso sí, el cordón sanitario se quitará en algunas comunidades: «En cada comunidad autónoma y en cada municipio habrá políticas distintas. Un partido de centro, liberal y constitucionalista como Cs, en aquellos lugares donde nadie condicione y donde nadie haya hecho políticas a favor de los nacionalismos y sea capaz de ponerse de acuerdo, hablaremos«.
«A mí me hubiera encantado ganar las elecciones, hemos crecido un 80%, estamos muy contentos, pero no las hemos ganado. El PSOE tiene mayoría para poder formar Gobierno, a mí me gustaría que no la tuviera, pero la tiene. Nosotros dijimos en campaña que si no podíamos gobernar iríamos a la oposición y eso es lo que vamos a hacer», explicó.
«Lo que no podemos hacer es ignorar lo que han votado los españoles. Los españoles han tomado decisiones. Y hemos sido muy claros en campaña. Se está yendo mucha gente al centro. Es una esperanza el crecimiento de Ciudadanos. Quieren que en la oposición esté un partido fuerte, limpio, sin corrupción para controlar que los separatistas no se salten la Constitución», remató.
LOS CUATRO ‘SORPASSOS’ DE RIVERA
Ciudadanos se quedó a menos de 220.000 votos del PP el 28-A y le superó en Andalucía, Comunidad de Madrid, Aragón y Baleares. Esta situación hace barruntar que Rivera dejará de ser bisagra para poder gobernar en muchos ayuntamientos importantes y en algunas comunidades autónomas.
Los naranjas han superado al PP en 24.600 votos en Andalucía, donde han logrado más de 800.000 votos tras haber logrado unos excepcionales números en Cádiz, Málaga y Sevilla. Juan Marín afirma que «Ciudadanos se consolida, mientras otros se derrumban y no ofrecen una alternativa en este país», claro recado a los populares.
Rivera afirma que ha logrado mejores números de los esperados a nivel estatal: «No esperaba 57 escaños, mi porra era de 50 a 55; cuando uno hace un buen trabajo, tiene un gran equipo, hace una buena campaña y buenos debates está satisfecho. El Partido Popular se descompone. Tienen que reflexionar del batacazo que se ha dado».
¿El objetivo número uno para Cs el 26-M? La capital: «Es uno de nuestros objetivos, ya somos segunda fuerza por delante del PP y queremos ganar el ayuntamiento con Begoña Villacís y que Ignacio Aguado consiga retener la Comunidad de Madrid ante la caída del PP«, señaló Rivera.
También existen buenas previsiones en Castilla y León, donde han crecido de uno a ocho diputados, en Aragón, de uno a tres, o en Castilla-La Mancha, de cero a cuatro. Es evidente que Rivera ha logrado fijar su mensaje en la ‘España vaciada’, nuevo bastión de Ciudadanos pese a que Vox se relamía con las provincias de interior.