El pasado 30 de octubre finalizaba el mayor de los ejercicios realizados por el Ejército de Tierra (ET) a lo largo del año, el denominado Toro 22, en el que más de 5.000 militares han simulado múltiples supuestos de actuación en diferentes campos de maniobras de la Península y las Islas Canarias y Baleares.
El Toro 22 ha estado dirigido por el jefe de la División “Castillejos”, el general Carlos Jesús Melero y Claudio, que ha tenido bajo sus órdenes cuatro unidades de tipo brigada, que han sido: la Brigada “Aragón” I, la Brigada “Extremadura” XI, la Brigada “Canarias” XVI” y una Agrupación Táctica de Asalto Aéreo. También se sumó a la fuerza, el Regimiento de Caballería “España” 11 y unidades pertenecientes a la División “San Marcial” y al Mando de Apoyo a la Maniobra que configuran las unidades de apoyo al combate y apoyo logístico al combate.
El pasado 15 de octubre se iniciaba este ejercicio anual, que tiene por finalidad adiestrar a una División, en este caso fue la “Castillejos”, para el planeamiento y conducción de operaciones de alta intensidad, combates en áreas urbanizadas y apoyo a autoridades civiles contra un enemigo tecnológicamente avanzado.
Tras años de afrontar conflictos asimétricos, como los del Sahel, Irak y Afganistán, ahora los grandes ejércitos occidentales ponen sus ojos en los conflictos de tipo convencional, entre dos ejércitos regulares, como el que en 2020 enfrentó a Azerbaiyán contra Armenia, pero sobre todo en el que se está librando desde el pasado 24 de febrero en Ucrania, para frenar ésta la invasión de la poderosa vecina Federación de Rusia.
Así durante el supuesto táctico se han concentrado en los CENAD (Centro Nacional de Adiestramiento) de San Gregorio (Zaragoza) y Chinchilla (Albacete) y otras zonas de entrenamiento menores de Baleares y Canarias, los más poderosos medios del ET, como son los carros de combate de Leopardo 2E, los modernos 4X4 Urovesa VAMTAC ST5 armados con misiles Spike, o los helicópteros NH90.
El ejercicio Toro 22, cuya ejecución se centró en el mando y control e integración de capacidades y procedimientos tácticos y logísticos en los escalones división, brigada y batallón, fue programado en tres fases: una fase centrada en el adiestramiento de los distintos puestos de mando (entre los días de 16 al 22 de octubre), una fase de transición para reubicación de unidades, y una fase de despliegue real (25 al 29 octubre).
Una de las operaciones más espectaculares del Toro 22 la protagonizó la citada Agrupación Táctica de Asalto Aéreo desplegada en Chinchilla, que estaba compuesta por 983 efectivos de la Brigada “Almogávares” VI de Paracaidistas (BRIPAC) y de las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (FAMET), que simuló varios supuestos de asalto aéreo milimétricamente preparados previamente.
La utilización conjunta de ambas fuerzas viene de muy antaño, por lo que se cuenta con una alta experiencia y coordinación que posibilita la creación de una Agrupación Táctica. Además desde enero de 2021 ambas fuerzas están encuadradas en la misma División, la “San Marcial”, que tiene Cuartel General den Burgos y que está actualmente bajo el mando del general de División Juan Carlos González Díez, habiendo participado desde entonces conjuntamente en cinco grandes ejercicios de asalto aérea.
La Agrupación Táctica de Asalto Aéreo, que ha estado bajo el mando del coronel Javier Betolaza Méndez, jefe del Regimiento de Infantería “Nápoles” nº 4 de la BRIPAC, ha realizado varias operaciones de asalto aéreo embarcando los paracas en los helicópteros que los trasladan y despliegan muy cerca del objetivo, con las consiguientes ventajas de movilidad y sorpresa.
La otra pata de la Unidad , la de las aeronaves conformó un Grupo Táctico de Helicópteros (GTHEL), que tuvo como máximo responsable al teniente coronel Castillo, jefe del Batallón del Cuartel General de la FAMET, que además ha cumplido las funciones de Jefe de la Plana Mayor de la Agrupación Táctica de Asalto Aéreo. La GTHEL estaba compuesta por 13 helicópteros de los diferentes Batallones de las FAMET, a los que se sumaron dos NHIndustries NH90 de la Aviación Ligera del Ejército de Tierra francés o Aviation Légère de l’Armée de Terre (ALAT). Estas integraciones son muy frecuentes, de hecho desde hace años las FAMET y el ALAT están hermanadas, lo que propicia múltiples colaboraciones como la efectuada en el Toro 22, que está previsto se incremente en medios cara a la edición del ejercicio del próximo año.
Otro de los puntos clave del entrenamiento de la Agrupación Táctica de Asalto Aéreo ha sido el despliegue mediante varias olas de transporte en los helicópteros de los “paracas” del “Nápoles” hasta las proximidades de una zona en la que se asienta una zona construida especialmente por el ET para el entrenamiento. Desde hace años la formación de las tropas en combate en espacios cerrados o Close Quarters Combat (CQC) se ha incrementado, utilizando especialmente estas poblaciones especialmente diseñadas para este fin, que proliferan cada vez más en los acuartelamientos y zonas de entrenamiento como los CENAD.