La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, ha apostado por afrontar «cuanto antes» la reforma del Senado, aunque ha recordado que requiere amplias mayorías porque exigirá cambios en la Constitución, y ha asegurado que el PSOE defiende una Cámara Alta en la que participen los gobiernos autonómicos.
Calvo ha respondido en el Pleno del Senado a una pregunta sobre este asunto del senador del PAR, Clemente Sánchez-Garnica, quien ha pedido al Gobierno pero también a los grupos parlamentarios que trabajen en la reforma de la Cámara porque «cada vez más ciudadanos dudan de la eficacia y utilidad del Senado».
A su juicio, hoy parece una institución «prescindible» como está ocurriendo ante esta pandemia por coronavirus, en la que el Senado no tiene papel puesto que la comisión de reconstrucción la llevará el Congreso. Ha resaltado la necesidad sin embargo de potenciarlo como cámara territorial cuando se considera, como también se ha mostrado estas semanas, que es importante la cogobernanza con las CCAA.
La vicepresidenta ha asegurado que el PSOE está «dispuesto» a afrontar el debate «cuanto antes mejor» y que le gustaría una cámara más parecida a su equivalente alemán o austriaco, en la que los ejecutivos autonómicos estuvieran presentes. Pero una reforma de esta profundidad exigirá cambiar la Constitución, ha subrayado, y por tanto «requiere mayorías importantísimas».
UNA REFORMA PENDIENTE HACE AÑOS
La vicepresidenta ha defendido el «éxito» del estado autonómico y la importancia del Senado en la estructura institucional del país, frente a quienes abogan por su cierre. «España no puede prescindir del Senado, nos hace falta, pero para actuar políticamente de otro modo», ha concluido.
La Cámara Alta ha llevado adelante en varias ocasiones el trabajo de plantear su propia reforma, sin llegar sin embargo nunca a un acuerdo con mayoría suficiente para aprobarla. El último intento planteaba una reforma de las funciones de la Cámara, para darle mayor protagonismo político y legislativo, pero sin alterar su representación.
El sistema de elección de los senadores, su número y procedencia, es el asunto que provoca más divergencias entre partidos. El Consejo de Estado elaboró un informe en el año 2006, a petición del Gobierno, sobre una reforma constitucional que incluía la modificación del Senado y tampoco daba una respuesta única a esta cuestión.
Aquel trabajo apuntaba que se puede reformar la elección de senadores de varias formas, que explicaba, y todas ellas con sus pros y contras. El Consejo no se decantaba de forma cerrada por ninguna, aunque se inclinaba por mantener senadores que representen a las comunidades autónomas elegidos todos ellos por los ciudadanos en urna.
En cuanto al número, consideraba que debería establecerse un mínimo igual para todas las autonomías y un número añadido que corrija las diferencias de población según, por ejemplo y entre otros criterios, el número de provincias o municipios que tienen cada una de ellas.