La situación política de Venezuela es tan compleja y complicada, que tanto por la parte del régimen de Nicolás Maduro, como la oposición han metido a muchos países en la vorágine de la confusión sobre quién es el presidente del país suramericano, a quién hay que reconocer o sobre quién hay que tomar posición, y el Gobierno español no se escapa de ello, pero en este momento de la situación están a la espera de que Estados Unidos defina su política para proceder.
En días pasados fuentes citadas por los medios norteamericanos Financial Times y la cadena de noticias CNN señalaron que a partir de enero de 2023 la administración de Joe Biden dejaría de reconocer al ex diputado Guaidó como presidente interino, cargo que le fue asignado en 2019, pero que en el ejercicio ha sido más simbólico que otra cosa.
Estas afirmaciones encendieron de inmediato las alarmas en el Ministerio de Asuntos Exteriores, pues ya desde hace algunos meses el Ejecutivo, encabezado por Pedro Sánchez, viene coqueteando con la idea de reconocer a Nicolás Maduro como presidente de Venezuela y retomar del todo las relaciones con el país caribeño, que ante la crisis energética desatada por la invasión de Rusia a Ucrania, puede ser un socio estratégico y ayudar a paliar la situación.
Puertas adentro, quien más ha tenido que dar carreras ha sido Juan Fernández Trigo, el secretario de Estado para Iberoamérica y el Caribe, porque es justamente desde su despacho donde se gestionan estas cuestiones. De cara al país, ya les ha caído el chaparrón a consecuencia de la reunión del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, con su homólogo venezolanos Carlos Faría, en la 77º Cumbre de la Organización de las Naciones Unidas, apenas unos minutos después de que el mismo organismo ratificara la posición frente al régimen de Maduro y lo reconociera como un gobierno violador de derechos humanos.
«Con Venezuela lo que apostamos es por el diálogo. Lo dije, me reuniré con todos los actores venezolanos, gobierno y oposición. No quiero decidir quién es el gobierno, sino que la democracia venezolana funcione. Puede ser que las fuerzas políticas que opten por un candidato, pero eso lo tiene que decidir venezolanos democráticamente», dijo Albares esta semana en el Foro Información, celebrado en Alicante, pero de manera oficial no se ha dicho absolutamente nada sobre la posibilidad de que en enero del próximo año se deje de reconocer a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, y se reconozca al dictador Nicolás Maduro como máxima autoridad del país caribeño.
Esta ha sido la respuesta más políticamente correcta que ha atinado a dar Albares ante la situación con Venezuela, pero a la par de ello Fernández Trigo hace malabares para atajar la situación que lleva meses dando vuelta en su despacho: ¿Qué hacer con Nicolás Maduro?, pues si bien es cierto que España fue uno de los 52 países que reconoció a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, en la práctica el Gobierno español sí reconoce a las instituciones del régimen y hasta tiene en el país a un «encargado de negocios» que hace las veces de embajador de Venezuela.
Las autoridades de Estados Unidos han señalado, sin embargo, que mantendrán el reconocimiento a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, con quien supuestamente están trabajando para «restaurar la democracia, pero por otro lado, también es verdad que la administración de Joe Biden también ha mantenido conversaciones y acercamientos con funcionarios del régimen de Nicolás Maduro y que de esa «negociaciones» ha salido el régimen beneficiado con la relajación de algunas de las sanciones que había impuesto Estados Unidos.
En las informaciones publicadas por los diarios norteamericanos, se deja ver que por parte de la Unión Europea, el patrón a seguir sería exactamente el mismo que el de Estados Unidos, pero que en ningún momento se aclara cuál será el camino a seguir para el próximo año, pues a la par de esta situación, la oposición venezolana se prepara para participar en unas elecciones primarias para escoger un contrincante que se pueda enfrentar a Nicolás Maduro en unas eventuales elecciones presidenciales. Es un cuanto de no creer y mucho menos de entender.
El opositor venezolano Leopoldo López, hizo unas declaraciones a una radio colombiana sobre las razones por las cuales se debería mantener el reconocimiento de Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, en las cuales argumentó que esa designación se hizo obedeciendo a los que establece la Constitución del país suramericano, a consecuencia del robo de las elecciones presidenciales que hubo en 2015 y que fueron desconocidas por las autoridades de la Asamblea Nacional de ese entonces.
No obstante, la otra variable que manejan desde el Gobierno, sobre cuáles son las opciones para con Venezuela, es la situación migratoria de los cientos de miles de venezolanos que han llegado al país durante los últimos años en los que se ha agravado la crisis política y económica en el país caribeño, a consecuencia de la gestión de Nicolás Maduro al frente del poder. Se estima que en Venezuela hay más de 450 mil venezolanos y que tan solo este año han recibido la residencia por razones humanitarias por lo menos 10 mil de ellos, porque además, los migrantes del país suramericano no paran de llegar al país y son los que más solicitan protección internacional al llegan a territorio español, por lo que un eventual reconocimiento de Nicolás Maduro en el poder podría afectar el tratamiento que reciben los migrantes venezolanos en el país.