La freidora de aire caliente es el electrodoméstico de moda. Es un excelente sustituto de la sartén y la freidora tradicional porque permite freír alimentos sin usar aceite, con un resultado muy similar pero mucho más ligero. Pero además, en la famosa air fryer también se puede asar y hornear, lo que significa que es apta para repostería y otras muchas preparaciones como por ejemplo asar castañas.
Este fruto delicioso es uno de los símbolos por excelencia del otoño, y nadie puede resistirse a ese sabor ligeramente dulce, y a la textura de tu carne, crujiente por fuera y suave por dentro. Si eres fan de comer castañas en otoño, hazlas tu mismo en casa, y disfruta del rico aroma que dejan en el ambiente. Además, las castañas asadas, tienen un algo de nostalgia y de cariño especial porque nos devuelven a la niñez, a los puestos tradicionales de la calle con sus castañetas y a las fiestas de otoño en el colegio.
FREIDORA DE AIRE CALIENTE PARA AHORRAR ENERGÍA Y TIEMPO
Este año, si tienes una freidora de aire caliente, puedes tener en pocos minutos unas castañas perfectas. Es un gran sustituto al horno tradicional que consume demasiada energía y sube mucho la factura de la luz. En vez de estar 40 minutos con el horno encendido para un puñado de castañas, con la air fryer las podemos tener listas en un cuarto de hora. ¿Cómo se hace?
Lo primero es elegir unas buenas castañas. Las gallegas o las de El Bierzo son las mejores. Hay que coger las más brillantes, y que estén duras y pesadas al tacto. Además, es importante que tengan todas un tamaño similar para que se hagan al mismo tiempo.
Ya en casa, lavamos las castañas y las secamos con un paño. Tomamos un cuchillo afilado y les hacemos un corte en la piel para que al calentarse no revienten. Algunas personas hacen un corte en cruz y otras cortan un pellizco de cáscara completo.
A continuación colocamos las castañas en la cesta de la freidora de aire caliente. Podemos poner un puñado o cubrir toda la base. Alguna puede quedar amontonada, pero no es aconsejable poner varias capas de castañas porque no se harán bien. Además, con lo rápido que se cocinan, se pueden hacer varias tandas sin problema y sin hacer demasiado gasto eléctrico.
Lo siguiente es programar el aparato a 200ºC durante unos 10 o 14 minutos. El tiempo puede variar según el tamaño de las castañas, su nivel de humedad y el modelo de la freidora, así que mejor es ir comprobando si están a nuestro gusto. Si se prefieren muy cocidas, se pueden cocinar hasta 14 minutos. Una vez listas, las colocamos en un recipiente y esperamos un par de minutos a que pierdan algo de temperatura, ya que serán un poco más fáciles de pelar.
BENEFICIOS DE COMER CASTAÑAS
Las castañas son un alimento nutricionalmente completo. Son ricas en hidratos de carbono, proteína y fibra, además de aportar minerales tan importantes como magnesio, hierro, fósforo y potasio. Resultan muy saciantes, así que son un perfecto snack para calmar el apetito entre horas de forma saludable.
Son buenas para la salud de los huesos y pueden prevenir la aparición de osteoporosis prematura, gracias a su gran aporte de calcio, magnesio y fósforo. También son excelentes para el sistema nervioso, pus contienen antioxidantes que mejoran la función cerebral. Asimismo, son grandes aliadas de las personas con diabetes, porque sus hidratos de carbono son de absorción lenta. Esto quiere decir que no provoca picos de insulina en sangre. Son aptas para celiacos, y contienen todos los aminoácidos esenciales que necesita el cuerpo, por lo que son ideales dentro de una dieta vegana, y también para deportistas.
Otro punto a destacar de este rico fruto es que no tienen colesterol, así que se pueden comer sin miedo. Lo que si contienen son grasas saludables como ácidos grasos omega 6 y omega 3, importantes para la salud cardiovascular. Por último, al ser tan ricas en fibra, ayudan a mejorar la salud de la microbiota para una mejor digestión.
El único ‘pero’ que podemos ponerle a las castañas es que pueden producir flatulencias, tanto si se consumen asadas como cocidas. Es un riesgo que hay que asumir y que se puede minimizar masticando todo lo posible el fruto antes de deglutir. Nuestras abuelas cocinaban las castañas con unos granos de anís o con un poco de hinojo que contrarrestan este efecto.