El consejero de Medio Ambiente de Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones, no pasa por su mejor momento. Desde su entorno aseguran que está tenso, que no controla bien lo que dice y que no sabe qué se cuece dentro de la Junta respecto a su futuro político. Los incendios de su comunidad autónoma le han pasado excesiva factura, pero su forma de afrontar las consecuencias de las hectáreas calcinadas. Fuentes de la Junta dejan claro que nadie quiere contar con él, pero que no tienen claro cómo abordar este cese sin dejar entrever una crisis dentro de la autonomía sin precedentes. En el PP prefieren que las cámaras se centren directamente en el vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo, y no en su consejero de Medio Ambiente. Pero su «nerviosismo» ya se ha trasladado a todo el PP. El nuevo incendio en Burgos tampoco ha ayudado al consejero.
Juan Carlos Suárez-Quiñones ha conseguido pasar a la historia como el consejero que más hectáreas ha visto calcinadas en su tierra en un verano. Un récord que no se recogerá en los Guiness, pero que sí que le pesa sobremanera al consejero. El popular ha conseguido desatar el nerviosismo en su entorno porque le ven completamente descolgado. Pierde los papeles en el parlamento autonómico y no responde a las preguntas como debería. Según detallan en su entorno, esto se debe a que sabe que su continuidad política solo se basa en que Alfonso Fernández Mañueco, el presidente de la Junta de Castilla y León no quiere escenificar la ruptura interna dado que las elecciones están especialmente recientes.
De momento, la estrategia popular para quitar presión a su consejero se basa en poner el foco en Juan García-Gallardo. De momento, es un alivio para Alfonso Fernández Mañueco que su vicepresidente, de Vox, esté en el centro de todas las miradas. Se ha convertido de hecho en un auténtico bálsamo para el PP porque ha conseguido llevarse todo el protagonismo en un momento delicado para los populares castellanoleoneses. Tanto es así, que la permanencia de Suárez-Quiñones en el gobierno autonómico tiene mucho que ver con el hecho de que no le han atacado «en exceso» desde los medios. Mañueco no quiere sorpresas porque sabe que su posición es tremendamente delicada en el PP hasta el punto de que es consciente de que Alberto Núñez Feijoo entiende que le ha traicionado al pactar con Vox durante el periodo de transición.
Lo de Juan Carlos Suárez-Quiñones no es solo por los incendios o por haber lanzado alguna declaración inoportuna al respecto meses antes de que Castilla y León se calcinara este verano. Ha sido su respuesta y su gestión la que ha hablado por él y la que le ha colocado en una posición tremendamente delicada. Desde la oposición también confirman que ven nervioso al consejero. Hay quien asegura que ha perdido los papeles en más de una ocasión generando incluso críticas internas. En el Partido Popular le ven fuera de sí y en la oposición entienden que lo único que busca el consejero es pasar desapercibido. Y mientras, en pleno otoño y con lluvias, Valle de Mena (Burgos) está comido por las llamas.
Desde la oposición también confirman que ven nervioso al consejero
Mientras la situación política de Juan Carlos Suárez-Quiñones se complica por momentos y en Valle de Mena las llamas siguen activas, el PP fía toda estrategia a dar micrófonos a Vox. Desde el Partido Popular dejan claro que lo que parecía un error se ha convertido en una de las mejores decisiones que ha podido tomar Alfonso Fernández Mañueco. Vox ahora ha conseguido llevarse todos los focos porque el PP también lo quiere así. No solo porque uno de sus consejeros más conocidos esté en una posición tremendamente delicada, sino porque el propio presidente de la Junta de Castilla y León quiere evitar las cámaras para que no se le vea más de la cuenta, en Génova incluido.