El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, ha afirmado que el nombramiento de Armando Martínez como consejero delegado, con el que el grupo separa así los cargos de presidente ejecutivo y consejero delegado que aglutinaba él desde hace casi dos décadas, supone «un signo de continuidad» y no una «revolución».
En una conferencia con analistas para presentar los resultados de los nueve primeros meses del año, Galán indicó que la decisión era algo que estaba ya «planificado» y que representa «un signo de continuidad».
«Hemos visto la oportunidad de dar este paso en este momento en el tiempo, pero era algo que se había planificado de antemano«, añadió al respecto.
Este martes, Iberdrola acordó separar los cargos de presidente ejecutivo y de consejero delegado de la compañía, nombrando para este nuevo cargo a Armando Martínez Martínez, hasta ahora director general de Negocios, mientras que Ignacio Sánchez Galán permanecerá como presidente ejecutivo.
Con esta decisión, Iberdrola da demanda a una de las grandes peticiones de los últimos años por parte de los fondos, que solicitaban una reparto de poderes en la compañía y el nombramiento de un número dos como CEO.
Galán, que cuenta con 72 años recién cumplidos el pasado mes de septiembre, fue reelegido en 2019 por la junta general de accionistas para un nuevo mandato como ejecutivo, que expira el año próximo.
Nombrado en 2001 vicepresidente ejecutivo y consejero delegado de Iberdrola, Galán ocupa desde 2006 el cargo de presidente y consejero delegado del grupo.
La separación de poderes en Iberdrola se produce después también de que a principios de este mes de octubre la Audiencia Nacional cerrara definitivamente el caso Tándem para Galán.
Hace un año, Armando Martínez fue nombrado director general de Negocios del grupo Iberdrola, sustituyendo en el cargo a Francisco Martínez Córcoles.