11.000 millones de euros. Ese es el presupuesto que el Ministerio de Defensa de Margarita Robles tiene programado para los próximos años para la renovación de los aviones de combate de las Fuerzas Armadas. Cifra que viene estipulada por el compromiso del Gobierno de España con la OTAN; especialmente, tras la promesa de Pedro Sánchez ante los principales líderes de la Alianza Atlántica de alcanzar el 2% del PIB en gasto militar español en los Presupuestos Generales del Estado. Un compromiso de gasto que estará centrado en la adquisición de nuevos aviones de combate para las Fuerzas Armadas españolas, siendo el nuevo Eurofighter una de las «joyas de corona» de la aviación militar de los próximos años.
El conflicto armado entre Rusia y Ucrania ha puesto de manifiesto, a nivel internacional, la necesidad de invertir en armamento militar y Defensa a nivel nacional y supranacional. Algo ante lo que la OTAN, «aliada» de Ucrania en este conflicto, parece estar movilizándose para garantizar la seguridad de los países europeos fronterizos con Ucrania y Rusia en este conflicto, a la vez que los países miembros de la Alianza Atlántica parecen haber asumido como propia la responsabilidad de fortalecer la defensa militar de sus territorios. Entre ellos, España, cuyo presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, prometía ante los países aliados un exponencial aumento de gasto militar del país en los próximos años, llegando a superar los 12.800 millones de euros.
Inversión de España en Defensa, a través del departamento que dirige Margarita Robles, que estará centrada, tal y como se ha podido conocer, en la adquisición de nuevos aviones de combate para las Fuerzas Armadas, que contarán con un presupuesto de casi 11.000 millones de euros, comenzando con una partida de 220 millones de cara a 2023.
DOS OPCIONES PARA RENOVAR LOS CAZAS ESPAÑOLES
Así pues, el plan de «renovación» del Ministerio de Defensa con respecto a estos aviones de combate se centra en la necesidad de sustituir al avión AV-8B y C.15M-2ªFase, que afecta a los aviones Harrier de la Armada, y a los F-18 del Ejército del Aire. Del mismo modo, también se busca un sustituto para el C.15M, también F-18 del Ejército del Aire y del Espacio. Sustituciones para las que se invertirán dos partidas, de 6.250 millones y 4.500 millones respectivamente.
«No quepa ninguna duda de que las Fuerzas Armadas y el Gobierno elegirán el mejor sustituto, pero hay que dejar trabajar a las Fuerzas Armadas, hay que dejar elegir el mejor» ha destacado la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce. Declaraciones en las que, sin embargo, la secretaria de Estado ha evitado detallar cuál o cuáles serán los aviones escogidos para sustituir a los Harrier y F-18.
Dos son las opciones que más se barajan para esta sustitución: por un lado, el modelo norteamericano de F-35; por otro, se encuentra el nuevo avión de combate que sustituirá al Eurofighter, y en el que se encuentran trabajando varias empresas de Defensa, como Airbus e Indra, gracias a la participación europea de países como Francia, Alemania y España. Un caza, tal y como se ha podido saber, que supondrá la llegada de un avión de combate de sexta generación, que se espera que sobrevuele los cielos europeos entre 2037 y 2040.
EL NUEVO EUROFIGHTER, LA «JOYA DE LA CORONA»
Dos posibilidades de renovación de los aviones de combate españolas que se verán influidas por el desarrollo de ambos proyectos aéreos en los próximos años, sin que desde el Ministerio de Defensa se haya dado aún más información sobre cuál será el modelo de caza escogido finalmente para sustituir a los F-18 y los Harrier en el Ejército del Aire. Una sustitución que, sin embargo, podría acabar favoreciendo al «nuevo Eurofighter».
Y es que la inversión española en este proyecto podría ser el factor clave para que el departamento de Margarita Robles se incline por el modelo europeo. Aunque eso «obligue» al Ministerio de Defensa a esperar hasta 2037 para renovar gran parte de sus aviones de combate; al menos, en lo que a gran parte de la inversión para esta renovación se refiere.
Otra de las opciones que podría estar barajando el departamento de Robles sería adquirir los caza F-35 de fabricación norteamericana. Un avión de combate que, sin embargo, está teniendo problemas para continuar con su entrega a nivel internacional en los últimos tiempos. Y es que Estados Unidos ha detenido la entrega de estos aviones, después de descubrir que una de las piezas que componen el motor del caza es de fabricación china.
«Hemos confirmado que el imán no transmite información ni daña la integridad de la aeronave. No hay riesgos de rendimiento, calidad o seguridad asociados con este problema» ha destacado el portavoz de Defensa norteamericano, Russ Goemaere. Palabras con las que, sin embargo, desde Estados Unidos se ha evitado hablar de posibles retrasos en la fabricación o entrega de estas aeronaves en los próximos meses o años.
Una situación que hace que, a pesar de los 11.000 millones prometidos desde el Ministerio de Defensa español para la renovación de los aviones de combate de las Fuerzas Armadas, aún no haya un «escogido» para dar este paso, siendo el «nuevo Eurofighter», sin duda, la futura «joya de la corona» en cuanto a desarrollo militar a nivel europeo, con participación española.