El secretario de Estado de Justicia, Antonio Julián Rodríguez Esquerdo, tiene los días contados como alto cargo del Gobierno. Las quinielas en el PSOE de Madrid han vuelto a disparar las posibilidades de Pilar Llop de hacerse con la candidatura del Ayuntamiento de Madrid. Ya se habla de su aterrizaje. El poeta dijo no, y las demás alternativas se resistieron. Sin embargo, ahora la ministra de Justicia ha vuelto a estar en el foco de atención pese a algunos comentarios poco afortunados que ha lanzado ante las cámaras. Respecto al equipo que se llevaría Llop si finalmente es la elegida, hay poco que hablar. Ferraz entiende, según detallan fuentes del partido, que es buena candidata porque conoce el PSOE de Madrid, donde se sienten muy humillados. Sin embargo, quiere dejar lastre atrás y empezar por Tontxu, el secretario de Estado de Justicia al que nadie sabe muy bien dónde colocar.
El secretario de Estado de Justicia es uno de esos políticos que llevan tiempo en el partido, pero que nunca ha acabado de despuntar. La reubicación de Antonio Julián Rodríguez Esquerdo en el Gobierno es complicada. La mayoría de las fuentes socialistas preguntadas directamente no le conocen. Y quienes sí lo saben, aseguran que su círculo de amistades en Madrid no siempre le ha traído buen rédito político. El secretario de Estado de Justicia no está precisamente ahí colocado en el ministerio por su preparación ni por ser la mano derecha de Pilar Llop, pues para eso ya tiene a Rafael Pérez, sino que en realidad es un hombre de partido que se ha aprovechado de la falta de asesores en materia de justicia del PSOE y ha ocupado una vacante que no es tan fácil de rellenar. Ahora que Llop podría dar el salto, tal y como aseguran fuentes del partido, nadie se imagina que tenga intención de arrastrar a Tontxu al Ayuntamiento de Madrid, siempre que se cumplan los pronósticos.
En su momento sonó incluso como posible ministro de Justicia si Pilar Llop abandonaba su puesto antes de las elecciones municipales y autonómicas, pero el paso del tiempo ha dejado entrever que el PSOE no tiene ninguna intención de dejar a un segundo espada como Antonio Julián Rodríguez Esquerdo al mando de un ministerio que tiene una difícil tarea por delante. Con la renovación del CGPJ en stand by, es fundamental para el PSOE tener un hombre o una mujer con capacidad de gestión y un alto grado de conocimiento de los problemas que adolecen a la justicia, además de tener mano dentro de los asuntos internos del CGPJ. Y desde luego que Tontxu no es precisamente una bisagra que engrase las relaciones del Gobierno con el Consejo General del Poder Judicial.
En el PSOE de Madrid tienen claro que Mercedes González ha salido por la puerta de atrás porque Juan Lobato presuntamente ha maniobrado para ello, pero no queda claro todavía quién será el candidato o candidata al Ayuntamiento de Madrid. El caos llegó hasta tal punto que se habló de la llegada de Jorge Javier Vázquez mientras que se aseguraba que Javier Solana había recibido también una oferta del PSOE de Madrid. Sin embargo, después de que el poeta Luis García Montero dijera que no, Pilar Llop ha vuelto al centro de la rumorología. Pero lo que tienen claro es que Tontxu no tiene ninguna cabida en ese PSOE de Llop, si es que se lleva adelante.
Antonio Julián Rodríguez Esquerdo ha tenido una labor como secretario de Estado de Justicia igual que la de Pilar Llop como ministra: absolutamente descafeinada, tal y como la califican desde el PSOE. Tanto es así, que parece que la salida de Llop al Ayuntamiento de Madrid ha sido forzada directamente por el Gobierno porque quieren sacarla del Consejo de Ministros cuanto antes. Desde que la nombraron ministra, el nombre de Llop ha estado en una posición delicada. Pero los últimos meses han sido lapidarios para la socialista por frases como las discusiones en el metro por la renovación del CGPJ. La idea de que Llop aterrice en el PSOE de Madrid tiene muchas condiciones. Y una de ellas es precisamente que no tenga mucha capacidad de movimiento.
Pilar Llop no ha nombrado prácticamente a nadie de los altos cargos que trufan el Ministerio de Justicia. Antonio Julián Rodríguez Esquerdo, secretario de Estado de Justicia, es un hombre que llegó al puesto por otros méritos, pero no porque Pilar Llop se hubiera fijado en él para que desempeñara este tipo de labor. Solo el jefe de gabinete ha sido elegido directamente por la ministra. Eso mismo le ocurrirá a la magistrada en el caso de que aterrice en el PSOE de Madrid. Las listas las harán desde Moncloa. Y Pilar Llop, en caso de ser ella, no tendrá ni voz ni voto a la hora de decidir quién va en qué puesto de la lista electoral. De todas formas, y pese a que el nombre de la ministra sea el que suena con más fuerza en las quinielas de Ferraz, aún hay dudas sobre si será alguna otra persona. María Reyes Maroto también está muy bien posicionada. Y ella mantiene una muy buena relación con la persona a la que culpan de la caída en desgracia de Mercedes González, la delegada del Gobierno en Madrid.