La Basílica de San Pedro se está preparando con una desinfección con cloro de los ambientes más concurridos para su reapertura. Concretamente, se ha aplicado esta sustancia de cloro y aguaen prácticamente «todos los espacios que son más concurridos: los pavimentos, los altares, las sacristías, las escaleras».
La reapertura tendrá lugar este lunes 18 de mayo cuando está previsto que el Papa celebre una misa, todavía sin fieles, dedicada a San Juan Pablo II. La celebración eucaristía, que coincide con el centésimo aniversario del nacimiento del Papa polaco, tendrá lugar ante la tumba de Wotjila muerto en 2005 y canonizado en 2014.
«Hoy han sido usadas soluciones de cloro. Estas sustancias deben ser usadas en modo adecuada porque no deben dañar las obras de arte que aquí son muy ricas. Deben ser aplicadas con cautela», ha explicado en una entrevista el vicedirector de la Dirección de Sanidad e Higiene del Vaticano, Andrea Arcangeli, distribuida a los medios acreditados la oficina de prensa del Vaticano.
El proceso de desinfección se ha llevado a cabo también en las otras tres Basílicas pontificias de Roma: la de San Pablo Extramuros, la de San Juan de Letrán y la de Santa María la Mayor.
Durante todo el período de la pandemia, el Pontífice ha oficiado en su residencia en el Vaticano una misa matutina que ha dedicado a todos los afectados por el coronavirus y sus consecuencias económicas y sociales.
Según ha explicado el experto, en el proceso de desinfección de la Basílica de San Pedro, las sustancias han sido nebulizadas en las superficies con el «objetivo de reducir la cantidad de carga viral» . No obstante, ha precisado que en este tipo de intervenciones no se llega a la «esterilización» total que «se hace sólo en salas de operaciones».