Así lo conocen en el Partido Socialista. Aquellos que no comulgan con el «sanchismo» son parte del PSOE de Page. El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha conseguido el objetivo de ponerse en contra todo el equipo de Moncloa. Sus constantes ataques políticos al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, le han salido caros, pero también ha conseguido que algunos barones se hayan sumado a su causa porque ven que ahora mismo ir de la mano de Sánchez no es un aval potente de cara a las autonómicas. El plan que tienen en Ferraz, según detallan fuentes del PSOE, es esperar a las elecciones para apartarles del partido. Page es uno de ellos, pero Javier Lambán, presidente de Aragón, y Guillermo Fernández Vara, también están en la cuerda floja. A esto hay que añadir que ya hay desde el PP otra estrategia para azuzar al PSOE de Page frente al de Sánchez. Y hablar de pactos es algo que está encima de la mesa.
En Ferraz son conscientes de que Emiliano García-Page se ha convertido en un problema serio para el partido. No solo se ha convertido en un verso libre dentro del PSOE que no sigue las directrices en materia de comunicación, sino que a llegado al extremo de mantener conversaciones con el líder del PP, Alberto Núñez Feijoo, sin tener en cuenta lo que le dijeran desde Ferraz. Y por si fuera poco, cada vez que le colocan el micrófono delante, Emiliano se dedica a atacar sin piedad las políticas de Pedro Sánchez. Todo esto no es nuevo, pero el hecho de que incluso el PP mantenga la idea de avivar el PSOE de Page ha acelerado los planes de Ferraz y la tormenta de ideas para explorar la forma de expulsar a Emiliano García-Page pasadas las elecciones.
Ahora mismo, el escenario ideal que maneja el partido es que Emiliano García-Page pierda por completo la influencia en la formación con una derrota electoral que le arrebate la presidencia de Castilla-La Mancha. Aún así, en el caso de que consiga revalidar su cargo, en el PSOE aseguran que también están explorando las vías para sacarle lo antes posible del puesto de relevancia. La presencia de Emiliano García-Page se ha convertido en un problema dado que es uno de los pocos barones socialistas que tiene aspiraciones a revalidar su cargo. Si se atiende al mapa autonómico, todo parece indicar según los sondeos y las encuestas que se teñirá del color del Partido Popular.
Hay quien en el PSOE se ha sumado a la revuelta de Page, lo que ha condicionado aún más la respuesta que el partido pretendía dar al insurgente. Hablamos de Javier Lambán y de Guillermo Fernández Vara. De momento, las declaraciones públicas de estos barones socialistas tan solo han dejado claro que hay ciertas reticencias y desavenencias entre la directiva socialista y los barones, pero todo parece indicar que la causa del PSOE de Page se extiende a otras dependencias ante la inacción de Moncloa. Quizá por eso, detallan las fuentes, ya hablan en el Partido Socialista de una nueva estrategia que pasa por convencer a los eslabones más débiles para aislar al instigador de la revuelta. Que haya mantenido conversaciones privadas con Feijoo es, a ojos de las fuentes socialistas, imperdonable para Moncloa. Aún así, este sistema federal del que presume el partido hace difícil intervenir en las decisiones que tome el PSOE de Castilla-La Mancha.
Guillermo Fernández Vara es el eslabón más débil de la cadena y desde el PSOE confían en que podrán hacerle pasar por el aro. Hasta ahora, solo se ha quejado de algunas cuestiones relacionadas con el tren de Extremadura y otros puntos que el partido ha incumplido. Sin embargo, el sentir con García-Page es bien diferente. En el PSOE entienden que tienen un serio problema porque saben que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tiene pretensiones en Europa (ya sea como presidente de la Comisión Europea o del Consejo) y que los seguidores del PSOE de Page tienen planes bien distintos, como es la idea de pactar con el Partido Popular o de abrirse a unas vías más moderadas.
Hasta ahora, para Feijoo apoyar a Page se ha convertido en una cuestión importante dado que no solo conseguiría echar a su principal rival del escenario, sino que además lograría un posible aliado para algunas cuestiones de Estado, como es la renovación del Consejo General del Poder Judicial, pactos puntuales para proyectos de ley o acuerdos para los Presupuestos Generales del Estado. Con todo esto, y pese a que Emiliano García-Page no suena como candidato a nada más que Castilla-La Mancha, se ha convertido en una prioridad para los socialistas el echar a Page del castillo lo antes posible. Sin Emiliano, no hay revuelta. Y sin revuelta, solo queda Pedro Sánchez. El PSOE tiene intención de apartar a Page en cuanto pueda, pero las fuentes dejan claro que “está encorsetado” por la propia organización del partido.