El Gobierno no se puede permitir el lujo de quitar la ayuda al combustible. Son unos insuficientes 0,20 euros por litro de carburante que se han convertido en un dique de contención de protestas que ha soportado un insufrible verano. Los informes internos del Gobierno apuntan a que el precio del carburante no bajará de forma clara hasta, al menos, finales de 2023. Con este escenario, desde el PSOE deslizan que, como mínimo, la ayuda al carburante se mantendrá hasta las elecciones municipales y autonómicas. Pero hay voces que insisten en que incluso esta bonificación podría ir más lejos y llegar hasta noviembre de 2023. Sea como sea, lo cierto es que podría haber, según los informes internos del Gobierno, una clara bajada de los precios del combustible a mediados del año que viene. Si esto es así, el Ejecutivo podría quitar una ayuda que descuadra las cuentas del Ejecutivo.
Los informes dicen que el barril de Brent podría terminar el año en 65 dólares y que incluso podría bajar a cerca de los 45 dólares en 2023. De ser así, lo cierto es que se prevé un descenso importante del coste del combustible. El Gobierno lo mira con lupa, pero dado que en sus planes iniciales ya contemplaban la posibilidad de mantener la ayuda al carburante hasta pasado 2023, hay voces que insisten en que «poco les cuesta» arrastrar un poco más la bonificación de 20 céntimos por litro de combustible para llegar a las elecciones municipales y autonómicas con alguna ventaja, dado que en esos comicios se prevé un batacazo socialista con pocos precedentes.
Ahora mismo, la gasolina 95 es la mejor posicionada. En algunas estaciones de servicio se está pagando el litro a poco más de 1,30 euros, unos precios que no se veían desde hacía muchos meses. Con el diésel, sin embargo, el Gobierno sigue teniendo un problema dado que se mantiene más cerca de los 2 euros. Las estimaciones internas del Gobierno dejan claro que establecer predicciones sobre el precio del carburante es demasiado arriesgado por la imposibilidad de determinar un coste claro a medio plazo. Lo que sí que puede hacer el Gobierno, y ha hecho, son las cuentas necesarias para permitirse el lujo de alargar la ayuda más lejos del 31 de diciembre de este año. Ya se da por hecho que el primer trimestre de 2023 contará con esos 0,20 euros, pero también se estudia alargarlo lo suficiente como para llegar a las elecciones municipales.
Las ayudas al carburante ha conseguido contener el descontento social, tanto de los conductores que necesitan coger el coche a diario para ir a trabajar como de los transportistas que han visto cómo incluso trabajaban pagando más de lo que ganaban. Aún así, la ayuda ha sido un éxito que, sumado al breve alivio que ha dado el coste del carburante, parece que podrá mantenerse así durante unos meses más. Las estimaciones no son de fiar, pero sí que han servido al Gobierno para establecer una hoja de ruta ampliable a noviembre si el escenario lo requiere.
Las estimaciones del Gobierno, sin embargo, es que para 2023 se arregle el problema del coste del carburante. Si a esto le sumamos el proceso de electrificación de los vehículos dede el Ejecutivo esperan solucionar este problema para mediados del año que viene. El problema que manejan es el del escenario electoral.
Para el PSOE, el verdadero drama se afrontará en las elecciones autonómicas y municipales , no tanto en las elecciones generales. Fuentes del Ejecutivo aseguran que Pedro Sánchez dispone de «material duro» contra su principal oponente y todos dan por hecho que los resultados de las elecciones generales estarán mucho más ajustados que lo que esperan en el Partido Popular. Donde si lo dan todo por perdido es en las autonómicas y municipales. En este punto, desde el Gobierno entienden que los españoles canalizarán su enfado por el desgaste de la pandemia y la inflación en los gobiernos autonómicos, de ahí que vayan a echar el resto con algunas medidas como la ayuda al combustible en estas elecciones. Alargar hasta mayo la ayuda no es algo que descuadre especialmente las cuentas de María Jesús Montero, ministra de Hacienda, dado que al menos han tenido la suerte de hacer récord de ingresos por los impuestos cobrados.