En Génova lo tienen claro: el presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, y su eventual dimisión para las próximas dos semanas no supone un problema para los planes del Partido Popular de Alberto Núñez Feijoo. El también presidente del Consejo General del Poder Judicial dejará su cargo después de haber leído la cartilla tanto al Partido Popular como al PSOE. El problema es que en Génova aseguran no tener intención de cambiar ni una coma de su discurso tras esta dimisión. Desde el PP dejan claro que no se sienten presionados por la inusual dimisión del presidente del Supremo y mantienen su «Operación Arnaldo» con la que esperan llegar a las elecciones generales sin haber renovado el CGPJ. Mientras, tanto los españoles (pues el 70% ve con buenos ojos la dimisión de Lesmes, según un estudio de Metroscopia) como los magistrados ven en el presidente del Tribunal Supremo un auténtico «ejemplo» por la lección de responsabilidad que está dando a los partidos políticos.
Lesmes ha dado un tirón de orejas tanto al PP como al PSOE. Al Partido Popular le ha exigido que renueve el Consejo más allá de intereses partidistas. Carlos Lesmes ha recibido constantes promesas de renovación, incluso desde las cámaras de televisión, pero ya han pasado casi cuatro años sin que ningún partido dé un paso en la buena dirección. Y al PSOE le ha pedido que le devuelva las competencias de hacer nombramientos, pues la respuesta de los de Pedro Sánchez ha sido simplemente acotar las funciones y la capacidad del CGPJ para evitar males mayores dada la mayoría conservadora de vocales.
Lesmes dimitirá en las próximas dos semanas con toda seguridad. Esto no es algo que nadie se cuestione. Lo que sí generaba dudas en Génova era el hecho de que esta dimisión fuera a afectar a la actitud de la formación conservadora, pero desde el PP se han encargado de desmentirlo. Para Alberto Núñez Feijoo, esto no cambia nada. Nadie en Génova tiene intención de modificar la estrategia que inició en su momento el expresidente del PP Pablo Casado por el hecho de que Lesmes se vaya. Habrá un sustituto y todo seguirá igual, a ojos de Génova. Pero el problema es que la última encuesta de Metroscopia deja claro que la actitud de los populares no es compartida por la mayoría de los españoles.
Para el 70% de los españoles, la dimisión de Lesmes está bien vista. Este mensaje inquieta en el PP por lo que conlleva. Muchos entienden que Carlos Lesmes ha evidenciado la actitud poco constitucional del PP por bloquear el Consejo por intereses partidistas y temen que este anuncio les vaya a pasar factura. Más cuando se sabe que hay personas como Enrique Arnaldo detrás de esta estrategia del PP que solo pretende conservar el Tribunal Constitucional a toda costa. Aún así, y pese a que los populares siguen una hoja de ruta polémica, la buena noticia para Carlos Lesmes es que ha sabido ganarse el respeto tanto de toda la judicatura como de los españoles. El PP y el PSOE son otro cantar.
La tremebundas discusiones en el Metro de Madrid sobre la renovación del CGPJ deben haber puesto en una situación comprometida a las autoridades. Pero dejando esta consideración de la ministra de Justicia aparte, lo cierto es que se ha convertido en vox populi el hecho de cómo los partidos utilizan a los vocales para sus intereses, dejando de lado cuestiones base como que el poder judicial es independiente. Carlos Lesmes quiere evidenciar eso, además de dejar claro que no tiene ninguna relación (ni quiere) con los partidos políticos, algo que desde Génova sí que han querido deslizar de la mano de algunos medios afines.
El PP ahora tendrá que tirar los tejos a quien será el sustituto de Carlos Lesmes. Desde Génova entienden que mientras controlen a sus vocales conservadores, no habrá problema. Aún así, empieza a haber más de uno que ya duda sobre el hecho de si entregarse por completo a los intereses partidistas o a los intereses institucionales. La dimisión de Carlos Lesmes puede que no consiga hacer mella en el Partido Popular, pero es probable que sí que la haga en la conciencia de más de un magistrado que ve cómo los partidos políticos utilizan la institución.