El PSOE ya lo hizo una vez. Y dado que ha tenido que asumir que Óscar Puente será su candidato a la alcaldía de Valladolid, quiere hacerlo con su deslenguado socialista. Desde Ferraz quieren tener cierto control sobre lo que hacen sus barones y algunos de sus más destacados candidatos a los municipios. Si ya metieron mano a los ministros como es el caso de la vicepresidenta Teresa Ribera, harán lo propio con todos los que se presenten a las elecciones municipales. El caso es que ahora empiezan a estar preocupados por Óscar Puente y su cuenta de Twitter. Y si a esto le añadimos que en el PSOE quieren «más calle» y menos «redes sociales», queda evidenciado que desde el partido le quieren hacer a Puente un Teresa Ribera y privarle de usar su cuenta de Twitter.
Óscar Puente está en el punto de mira desde hace años, pero el PSOE no sabe cómo meter mano a un alcalde que previsiblemente tiene opciones de revalidar su mandato en Valladolid. En Ferraz, cuando hablan de Puente le comparan directamente con el presidente castellanomanchego Emiliano García-Page. Es uno de los pocos socialistas que desde Ferraz quieren echar de una u otra manera, pero su popularidad interna en las delegaciones tanto de Castilla-La Mancha como de Valladolid dificulta la salida de estos políticos tan incómodos. En el PSOE tienen claro que necesitan sanear la formación, pero con las elecciones a la vuelta de la esquina se está convirtiendo en un auténtico problema para Santos Cerdán y los otros fontaneros de Ferraz.
La popularidad de Puente está por los suelos. En Ferraz están convencidos de que Óscar Puente va completamente por libre. Pero saben que uno de los problemas del deslenguado alcald ede Valladolid es precisamente su Twitter. En los canutazos, se puede ir de la lengua. Pero en Twitter da rienda suelta a su estilo y ha conseguido incluso que monten campañas en su contra como la que lanzó el analista Alvise Pérez cuando le cazó conduciendo un Mercedes Clase G 63 AMG de más de 170.000 euros. Desde Ferraz no es la primera vez que prohíben a un político de los suyos utilizar sus redes sociales. Si lo hicieron con Teresa Ribera, ¿por qué no hacerlo con Óscar Puente? En Ferraz insisten en que no quieren darle tanta importancia, pero también reconocen estar cansados de la manía de Puente por llamar la atención con temas polémicos. Eso sin tener en cuenta las guerras internas que hay contra el «superior jerárquico».
Óscar Puente es uno de los socialistas, junto a García-Page, más incómodos del PSOE. El segundo lo es por diferencias políticas, pero el primero es considerado en Ferraz como una bomba de relojería a punto de estallar que además no tiene contador. Ese carácter espontáneo no gusta en Ferraz, especialmente porque se ha metido en varios problemas por sus regalos de empresarios y por el hecho de que haya visitado el juzgado más de una vez por sus aventuras. El PSOE busca quitárselo de en medio desde hace años, al menos de los cargos que tiene dentro del partido.
PRESENTA SU SOLICITUD
En cualquier caso, y pese a que el alcalde de Valladolid sabe lo que piensan en Ferraz de él, Óscar Puente ha presentado su solicitud ara ser alcalde de la ciudad de Castilla y León. El PSOE sabe que las encuestas no son buenas. Puede que Valladolid no parezca una ciudad especialmente relevante a nivel electoral si se compara con otras con más población, pero lo cierto es que Moncloa tiene el ojo puesto en los pocos pequeños feudos que le quedan. Castilla y León es del Partido Popular (y ahora de Vox también), pero hay ciudades en las que el PSOE ha resistido. Desde que fue “cazado” cometiendo algunos excesos, Óscar Puente, alcalde socialista de Valladolid, ha estado en el radar de Moncloa. Pero desde que los sondeos internos hablan de una hecatombe en el municipio castellanoleonés, lo cierto es que Ferraz se plantea apartar a Puente antes del desastre. La única esperanza del “superior jerárquico”, tal y como se autodefinió el regidor en una ocasión, es el plan B que sopesa el equipo del presidente. Dejar que el descontento social con el Gobierno se vuelque en las urnas municipales y autonómicas para evitar que el PSOE a nivel nacional caiga.
Ahora empiezan a verse los sondeos. Y a menos de un año de las elecciones (y aún menos para crear las listas), el nombre del “superior jerárquico” ha vuelto a ponerse encima de la mesa de Lastra. El PSOE lleva tiempo preparando las listas electorales para las elecciones municipales y ya tiene más o menos claro quién irá a qué comicios. En Madrid irá la delegada del Gobierno Mercedes González, no Mar Espinar ni Emma López. En la Comunidad se sopesa la idea de “quemar” a Juan Lobato o la de traer a la impopular ministra de Justicia, Pilar Llop. Y en Valladolid se plantean si traer una cara nueva o dejar que Puente se queme a la par que regalan el gobierno de la ciudad castellanoleonesa a PP y Vox. En algunas cuestiones, como en la capital, las ideas están más claras. Pero en otras no tanto.