Si algo ha sabido vender muy bien Irene Montero son sus ideologías progres del feminismo sin límites y su más reciente «víctima» ha sido el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, quien ha anunciado que desde su despacho se tomarán las medidas necesarias para lograr que 40% de los funcionarios del Cuerpo de Policía Nacional y de la Guardia Civil esté conformado por mujeres.
Entre las medidas más importantes que anunciaron desde el despecho del ministro, esperan que para las próximas convocatorias haya un mínimo de 25% y un máximo de 40% de mujeres, en el caso de la Guardia Civil, por lo que se impulsará una reforma parcial de la Ley de Régimen de Personal de este cuerpo de seguridad del Estado.
Estos porcentajes podrán ser a través de las tres modalidades de ingreso que existen, que son: la oposición libre, el acceso desde el Colegio de Guardias Jóvenes ‘Duque de Ahumada’ y la pasarela reservada a los miembros de las Fuerzas Armadas, de acuerdo con un comunicado emitido por el Ministerio del Interior.
Todo este nuevo esquema dentro de los cuerpos de seguridad del Estado vienen dados por las corrientes ideológicas que ha impulsado la ministra de Igualdad, Irene Montero y su partido, Unidas Podemos, donde buscan imponer a toda costa la ideología de género como norte de cualquier tema y ámbito social que se les ocurre.
El sectarismo de esta ministra socialista va por encima de las realidades, pues las mujeres han tenido acceso a los cuerpos de seguridad del Estado desde hace por lo menos cuatro décadas y el hecho de que la minoría de quienes forman parte de estos componentes de seguridad sean solo hombre no se debe a que se les niegue el acceso, sino quizá al poco interés que despiertan estos temas para el común de las mujeres del país.
En la Guardia Civil las mujeres comenzaron a tener acceso a sus academias hace 34 años y en la actualidad solo representan el 8,97% de los ingresos, pero las aspiraciones de los ministros es que logren alcanzar esta cuota para 2030. Sin embargo, dentro de este organismo reservarán las plazas en los procesos de selección, a la hora de escoger a los aspirantes, tendrán preferencia las mujeres, para garantizar que haya un mínimo de 25% y el máximo de 40%.
“Los avances en estas cuatro décadas de acceso de la mujer a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado son innegables, pero hemos invertido mucho tiempo y los actuales porcentajes son insuficientes, están muy lejos de la realidad demográfica y social de la sociedad española”, ha señalado el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.
En las convocatorias que se hicieron para 2019, 2020 y 2021, en total, 56.321 aspirantes concurrieron a las pruebas de acceso a la Guardia Civil, de los que solo 19.187 eran mujeres, lo que representaba el 25,4% del total de los aspirantes de estos periodos. Una vez concluidos los procesos de selección, al final solo 21% de quienes aprobaron las pruebas fueron las mujeres aspirantes, es decir, 1.358 chicas, por lo que no se ha tratado de un proceso discriminatorio, sino de aptitudes.
En el caso de la Policía Nacional, las mujeres tuvieron acceso por primera vez a las filas de este organismo hace 42 años y desde entonces, ha podido acceder sin ningún tipo de restricciones a los procesos de selección. Sin embargo, al día de hoy, este cuerpo cuenta con 16,78% de mujeres dentro de sus filas.
A Marlaska la solución más inmediata que se le ocurrió para tratar de atraer a más mujeres a este cuerpo de seguridad es reducir la estatura mínima de ingreso, que en este momento está fijada en 160 centímetros, por lo que en próximamente presentará ante el Consejo de Ministros que se haga un cambio en el Real Decreto de Procesos Selectivos de la Policía Nacional, para que les permitan presentarse a los procesos de selección a mujeres más chiquitas.
Entre las novedosas propuestas del ministro Grande-Marlaska, que seguramente pasaron primero pro el filtro de Irene Montero, esta la opción de poder aplazar sus pruebas de selección si están en periodo gestante, de parto o de postparto, aplazamiento que también será efectivo para la realización o finalización del curso de acceso, de acuerdo con lo que ha informado en su boletín el Ministerio del Interior.
Al final, no se trata de una estrategia especialmente argumentada, mas que con el tema de la igualdad que Irene Montero busca meter en cuanto organismo se le ocurre, pues de cara a la realidad, los procesos de selección de los organismos de seguridad son iguales para hombres y mujeres, y, de hecho, la propuesta de «reservar» un número de plazas y darle favoritismo a las mujeres, sobre los hombres, también podría ser considerado una acción completamente desigual.