Parece que El País no pasa por su mejor momento. Ni el histórico diario ni el Grupo PRISA al que pertenece. Ya se habló de que el periódico se planteaba externalizar algunas secciones como la de Vídeo para hacer frente a la difícil situación financiera. Pero ahora, la redacción ha visto como una de sus entradas se cerrará definitivamente para recortar los gastos en vigilancia y seguridad. Esa idea de «nos vemos en Miguel Yuste 40» para cualquiera que fuera a las dependencias de El País, el Cinco Días o el Huffington Post ya pasará a la historia porque el Grupo PRISA ha cerrado esa entrada a cal y canto. El sueldo de los directivos no se toca, pero sí se prescinde de la caseta de seguridad y de las secretarias que atendían la entrada del periódico. Ahora solo queda una entrada, pues Miguel Yuste 40 se ha cerrado a cal y canto (y no hay que olvidar que también daba acceso a uno de los parkings del complejo.
«Buenos días, nos dirigimos a vosotros para informaros que a partir del próximo 1 de agosto se va a suspender el servicio de vigilancia que atiende la entrada de Miguel Yuste 40, lo cual conlleva que tanto el acceso al parking del ed. 2 , como el de trabajadores, visitas,.. que se hacía por esa entrada quedará también suspendido». Con este mensaje dejaron claro que la entrada pasaría a la historia. La otra, la de la calle de Valentín Beato, es la que han dejado operativa porque es la que está más cerca de la boca de metro. Pero la de Miguel Yuste había sido la más reconocida por todos. El complejo es grande, pero queda claro que los recortes de El País siguen avanzando a pasos agigantados y se siguen aplicando a partes que nadie se espera. Pero no hay mucho de lo que preocuparse, el sueldo de Pepa Bueno sigue intacto.
«La situación es tal que no solo ha empezado un plan para precarizar la plantilla que previsiblemente cristalizará con la subrogación de la sección de video a finales de este mes, además, la puerta principal del edificio, con recepción incluida, permanece clausurada desde hace dos meses y no hay previsión de reapertura», aseguran fuentes solventes del diario El País. Nadie se explica cómo el diario ha entrado en esta dinámica de recortar por abajo cuando los salarios de los directivos, conocidos por todos, se mantienen en unas cifras absolutamente disparatadas.
Los recortes del Grupo PRISA responden a una necesidad económica salvaje. Las acciones de este grupo económico, sin ir más lejos, se han hundido de una forma radical en los últimos 20 años hasta niveles insospechados. La acción del Grupo costaba a principios de los años 2000 en torno a los 400 euros. Ahora valen algo más de 40 céntimos. Esta situación se ha extendido con el paso del tiempo, pero el salario de la directiva y el peso de la plantilla de El País y de otros medios como el Cinco Días ha lastrado considerablemente el crecimiento del Grupo. Vender Santillana parecía la panacea, pero parece que aún tienen problemas tan graves que les llevan a prescindir de la caseta del guardia de la calle Miguel Yuste 40.
La situación financiera de El País agonizaba. De este periódico y de todo el grupo. Por eso y por la necesidad de mejorar el control del Gobierno de este diario trajeron a un directivo empresarial sobradamente conocido por el Ejecutivo: Miguel Barroso, quien fue pareja de la ministra de Defensa Carme Chacón. Desde que Barroso pisó el consejo de administración del Grupo PRISA, empezaron los recortes y empezaron los continuos mensajes del Gobierno. Esta realidad ha llevado a El País a estar en pie de guerra (al menos quienes menos dinero cobran a final de mes) por ver cómo precarizan su situación laboral a la par que mantienen los gruesos salarios de la directiva. Estas quejas no vienen de Pepa Bueno, pero sí de la base de la redacción, quienes sacan adelante el periódico cada día.