Con el tiempo, las toallas se pueden volver ásperas, ya que el tejido con el que están fabricadas tiende a endurecerse. O también puede suceder que coge olor a humedad cuando no lo lavamos y secamos de la manera adecuada. Sin embargo, esperas que, al salir de la lavadora, toda tu ropa esté suave y con un maravilloso olor a detergente y suavizante. Pero, lamentablemente, hay muchas ocasiones en las que no sucede esto. Así que es una prenda que hay que tratar con cuidado para conseguir los resultados deseados. Para que esto no te suceda, toma nota de este truco infalible para tus toallas viejas queden como recién compradas.
1Toallas suaves y frescas como recién compradas
Es habitual que, con el tiempo, la ropa vaya perdiendo la suavidad que tenía los primeros días. En el caso de las toallas, los lavados habituales o dejarla húmeda en el baño propicia que vayan adquiriendo un tacto áspero que puede resultar hasta desagradable para la piel. Pero, mantener las toallas suaves y frescas como el primer día no es nada complicado si sabes cómo hacerlo. Para evitar que la tela raspe y huela de forma desagradable, solo tienes que poner en práctica un truco infalible que te vamos a revelar más adelante.