La hija de Francisco Manuel Prados Bernardinos, el acusado de asesinar a su tía en mayo de 2021 en la vivienda de esta última en Sevilla capital, ha testificado este martes en el juicio con jurado popular celebrado en contra de su progenitor en la Audiencia Provincial; manifestando que cuando la noche de los hechos el inculpado contactó con ella comunicándole que había matado a la víctima, «no le veía borracho como en otras ocasiones» ni parecía «ebrio».
La Audiencia de Sevilla ha acogido este martes la segunda sesión del juicio con jurado popular promovido contra Francisco Manuel Prados Bernardinos, para quien la Fiscalía reclama 25 años de cárcel por un presunto delito de asesinato sobre la exesposa de su tío, de 67 años y conocida como «Cuqui», quien sufría una enfermedad degenerativa y precisaba de una silla de ruedas para desplazamientos mínimos, teniendo reconocido un 86 por ciento de minusvalía y padeciendo además trastornos psicóticos.
Esta segunda sesión ha comenzado con la comparecencia como testigo de la hija del inculpado, pesando en el caso una serie de notas de voz remitidas vía WhatsApp por el acusado a esta hija suya, de entonces 23 años, precisamente después de cometer el crimen, unos audios reproducidos durante la primera jornada del juicio.
«La he matado. Me la he cargado. La tengo aquí muerta, Me ha tocado tanto los huevos que la he asfixiado hasta matarla. La he estrangulado con mi camiseta», exponía el acusado en estas notas de voz en las que pedía a su hija que acudiese a la vivienda de la víctima porque necesitaba «ayuda» para solucionar la situación.
ESTABA «ACOJONADO»
«No me voy a comer 15 años por esta mierda», asevera varias veces el acusado en otros de los audios, pidiendo a su hija que no contase «nada a nadie» y reclamándole que se trasladase hasta la citada vivienda y le prestase «ayuda» para «inventar cualquier cosa». Y es que según una de las notas de voz, estaba «acojonado» ante la situación, ante la cual su hija le aconsejaba en otras notas de voz también reproducidas en la vista oral que se entregase a la Policía, planteamiento rechazado por el inculpado en otras de las notas de voz.
Durante su comparecencia, Francisco Manuel Prados, «culpable confeso» del crimen según su abogada defensora y «alcohólico desde los 19 años», narraba que mantenía relaciones sexuales con la exesposa de su tío a cambio de dinero, explicando que tras varios encuentros con la víctima a lo largo del 26 de mayo de 2021, encuentros marcados por las discusiones y su ingesta continuada de alcohol, llegó por la noche a la vivienda de la mujer.
Asegurando que ella le «atosigaba» y que por su insistencia y sus insultos le tenía «atacado de los nervios», durante esa noche o ya la madrugada del 27 de mayo, ambos estaban «en la cama» de ella realizándose «tocamientos», cuando él se levantó y decidió marcharse, según su tesis.
«SÓLO QUERÍA QUE SE CALLARA»
En ese momento, según su relato, la mujer se habría levantado de la cama y habría caminado hacia él para agarrarle «del chándal» y arrebatarle el teléfono móvil, al tiempo que le insultaba y no paraba de «chillar». Entonces, según el acusado, cogió su propia camiseta y la puso alrededor del cuello de la víctima. «Yo sólo quería que se callara. Yo estaba de los nervios», aseguraba reconociendo que estranguló a la mujer.
En ese sentido, mientras el acusado mantiene la tesis de que cuando cometió el crimen estaba «borracho» tras consumir «ocho o nueve» litros de cerveza; su hija ha testificado este martes que aunque en efecto su padre «bebía muchísimo» e incluso «comenzó a drogarse», en las mencionadas notas de voz y cuando se entrevistó con él esa noche en la vivienda de los abuelos de ella y padres de él, «ebrio no iba». «No lo veía borracho como en otras ocasiones», ha asegurado, explicando que su progenitor «hablaba muy tranquilo» sobre el crimen y abordaba el asunto como algo «normal».
«Él quería que pareciera un accidente», ha manifestado respecto a las peticiones de «ayuda» que su padre le había hecho, explicando que por las notas de voz de su padre y sus conversaciones con él, se desprende que pretendía simular que la víctima «se había caído» e incluso intentar «borrar» sus huellas del cadáver.
«EL ALCOHOL ARRUINÓ SU VIDA»
También ha testificado la hermana del acusado, quien ha ratificado el «problema de alcoholismo» del mismo, manifestando que en el momento del crimen actuaba «borracho seguro», aunque ha reconocido que es una impresión que sólo puede «imaginar» porque su hermano «bebía todos los días». Cuando escuchó las notas de voz enviadas por su hermano acerca de los hechos, según su testimonio, «no parecía él, sino que estaba drogado o algo». «El alcohol arruinó su vida y de la de los que estaban a su lado», ha enfatizado la hermana de Francisco Manuel Prados.
Igualmente, ha testificado el dueño de un bar donde recalaron el acusado y la víctima la tarde previa al crimen, narrando que ambos discutían, pues «ellos siempre estaban discutiendo»; y que él parecía estar «bajo los efectos del alcohol y drogas». En ese sentido, ha relatado que escuchó como Francisco Manuel Prados dijo «a esta tía la mato yo esta noche», si bien entonces no creyó esa aseveración porque al mismo «se le notaba que iba hasta arroba de alcohol y drogas».
«Él estaba muy nervioso, al límite de alcohol y drogas», ha aseverado, agregando que la víctima «sacaba de quicio» al acusado «y a cualquiera» a cuenta de su carácter.
AMENAZAS A SU HIJA
La sesión ha contado también con el testimonio de la jefa del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional, quien ha rememorado que fue sobre las 5,30 horas de la madrugada del día 27 de mayo, cuando la hija del inculpado informó a la Policía de que su padre «había matado» a la tía de este último. La hija del acusado, según la jefa del Grupo de Homicidios, fue quien trasladó «toda» la información del asunto a los agentes, revelando que la joven manifestaba que José Manuel Prados le habría amenazado con «matar a su madre y a su pareja» si no le ayudaba a encubrir su autoría del crimen.
Esta agente ha destacado que las notas de voz aportadas por la hija del acusado reflejan que el mismo «estaba perfectamente cuerdo» al hablar a su hija de los hechos, con un discurso «coherente» en el que se expresa «con tranquilidad», señalando que Francisco Manuel Prados incluso envió por WhatsApp a su hija una fotografía de la escena del crimen.
Según la jefa del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional, el acusado borró de su teléfono las notas de voz enviadas a su hija y, tras su arresto, en un principio negó la autoría del crimen asegurando que en los audios sólo trataba de «llamar la atención de su hija». No obstante, finalmente acabó confesando los hechos, según la agente, que considera que se trató de un «homicidio premeditado», por aspectos como las diversas llamadas perdidas del inculpado a la víctima y su «ataque sorpresivo por la espalda». «Él quería matarla», ha aseverado.