domingo, 15 diciembre 2024

Se le complican las relaciones a España con Marruecos y Argelia por Josep Borrell

Con el pasar de los meses se va haciendo más claro que la decisión del presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, de apoyar la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental fue una decisión que no fue consensuada dentro del Ejecutivo, pues en este momento la situación es tensa tanto con Marruecos como con Argelia.

La tensión se acentuó la semana pasada cuando se suspendió la reunión que sostendría Joseph Borrell, alto representante para Asuntos Exteriores de la Unión Europea, tras las declaraciones que este ofreció a través de RTVE, donde sugirió que debía hacerse una «consulta popular» al pueblo saharaui para que decidiera cuál debería ser el futuro del Sáhara Occidental.

Esta situación llevó al ministro de Asuntos Exteriores de Marruecos, Náser Burita a cancelar el encuentro que sostendría con Borrell este mes, pues se tenía previsto que el representante europeo viajara hasta Rabat para tratar varios temas de interés para ambos países, a propósito del cambio de política que anunció el Gobierno de Pedro Sánchez en marzo de este año.

Para el funcionario marroquí, la declaración de Borrell fue sorpresiva y en una conferencia de presa que concedió junto a su homóloga alemana, Annalena Baerbock, señaló que estaba seguro que lo dicho por Borrell no era la posición del Gobierno español ni de la Comunidad Europea.

No obstante, tras la suspensión de este encuentro, el propio Borrell habría matizado su error en otra entrevista concedida a la agencia EFE, en la cual insistió en que debía haber una solución que sea acordada por las partes, haciendo referencia al conflicto entre Marruecos y Argelia por la soberanía del Sáhara Occidental y el pueblo saharaui.

Burita apuntó que ha tenido «una discusión directa» con Borrell, y añadió que el alto representante rectificó posteriormente en «una entrevista con Efe y en una declaración de la diplomacia en Bruselas» en las que aclara que la UE «apoya los esfuerzos de Naciones Unidas», y valora los «esfuerzos serios y creíbles» de Marruecos.

Josep Borrell defendió que la solución al problema del Sáhara «pase por una solución acordada entre las partes» y «en el marco de las resoluciones de las Naciones Unidas».

«No expresamos una preferencia sobre de qué manera se tiene que hacer. Eso le corresponde a las partes. Y le corresponde en particular al enviado especial del Secretario General de Naciones Unidas, a quien apoyamos en su trabajo, al señor De Mistura», añadió el alto representante de la Unión Europea.

La molestia de Marruecos frente a las declaraciones de Borrell se debió a que la solución del referendo ha sido una de las premisas del Frente Polisario y para Argelia, por lo que la primera reacción fue justamente suspender el encuentro con el representante europeo.

Y ya no fue solo la declaración de Burrell lo que tensó la situación, sino que después salió al paso el Ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, quien complicó más las cosas al evadir el tema en medio de una entrevista, tratando de zanjar la situación, con unas declaraciones más propias de un contorsionista, que de un ministro de Asuntos Exteriores.

Albares declaró en la Cadena SER que había que recordar el pacto que había firmado España con Marruecos en abril, sin mojarse, ni siquiera para reconocer que España apoya por completo la posición de Marruecos.

En principio, lo que se pensaba que sería una ayuda por parte del representante europeo, terminó siendo un nuevo atasco en la situación que tanto polvo ha levanta en España, debido a las consecuencias que esto podría traer, de cara a las relaciones con Argelia, que Las al final fue el único que vio como positivas las declaraciones de Burrell.

Pese a que otros países de la Unión Europea han apoyado la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, la posición de España ha sido la más polémica, pues fue un cambio de rumbo, tras más de 50 años de mantener una relación con Argelia que se enfrió y que ahora mantiene la tensión sobre las relaciones comerciales, donde la piedra angular es justamente la compra de gas a este país, en momentos en que toda Europa está bajo la tensión de lo que puede hacer Rusia, de cara al invierno, con el suministro de gas, a propósito de las sanciones que la Unión Europea ha impuesto, a consecuencia de la invasión a Ucrania, desde febrero.

Hasta este momento Pedro Sánchez, que ha sido quien encendió todo el tema, con su decisión de darle el apoyo a Marruecos, no ha dicho ni una sola palabra al respecto, mientras la tensión recae sobre Borrell, quien al intentar dar una ayuda a España, solo complicó el panorama y que ahora no se sabe qué pasará, ni si las autoridades marroquíes cambiarán de parecer y recibirán al representante europeo, después de las declaraciones de Albares, que intentó enmendar lo ocurrido.