Un marinero roba material militar sustrayéndolo en pequeñas cantidades para sacarse un sobresueldo

Algunos militares hacen lo que sea por sacarse un sobresueldo. Este es el caso de un marinero destinado en la 9ª Escuadrilla de Aeronaves de la Base Naval de Rota, en Cádiz, quien parece ser que no tiene suficiente con el salario que recibe como miembro de las Fuerzas Armadas y necesita más. Así este militar, que estaba destinado en el departamento de almacenamiento de material voluminoso decidido aprovechar su trabajo y urdir un plan con el que sacarse un sobresueldo. Cada día este marinero sustraía del almacén válvulas de bronce 2″, las cuales no estaba se encontraban registradas en ningún tipo de plataforma. Para llevar a cabo este robo introducía el material en una o dos mochilas con las que salía cargando a la espalda al finalizar su servicio. Sin embargo, finalmente fue pillado por un soldado y ha sido condenado a pena de 9 meses de prisión y una multa de 600 euros por el Tribunales Militares.

Los hechos se remontan a febrero del año 2019 cuando decidieron depositar en el Pañol de Puerta nº 5 de la Sección de Máquinas de la Ayudantía Mayor del Tercio de Armada de San Fernando un número indeterminado de válvulas de bronce 2″, dado que el almacén del Servicio de Repuestos del Tercio de Armada estaba siendo desmantelado. Sin embargo, según detalla la sentencia a la que ha tenido acceso MONCLOA.com, estos materiales no se encontraban catalogas ni registrados en el Sistema logístico de control de la Armada SIGMA WEB, así como tampoco existe ningún tipo de documento acerca de la entrega o depósito de las válvulas. Algo que no dudó en utilizar el marinero que se encontraba destinado en este almacén, ya que el hecho de que no hubiera ningún control sobre el número de válvulas que llegaron al Pañol le sirvió para poner en práctica su plan.

EL SOLDADO SE LLEVÓ UN MÍNIMO DE 25 VÁLVULAS

Así, el condenado se apoderó de un total de 25 válvulas de bronce 2″, que fue sustrayendo paulatinamente. Para ello utilizó su propia mochila para robar pequeñas cantidades de válvulas para que nadie notara que se estaba haciendo con todo el alijo del almacén de Pañol. Además, una vez fuera de las dependencias militares procedió a su venta en una chatarrería de de San Fernando, la localidad en la que vivía. De la venta estos productos existe, además, una prueba, dado que existen facturas firmadas, las cuales corroboran que obtuvo una cantidad total de 493,93 euros por las mismas. Algo que, según la sentencia, corrobora el ánimo de lucro del condenado. Sin embargo, podría haber obtenido un beneficio mucho llamar, ya que dichos productos están valorados en un total de 3.750 euros. Tras llevar a cabo estas prácticas durante todo un mes, finalmente un soldado se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo.

En marzo, un mes después de que comenzaran las fechorías del marinero, un militar accedió al almacén de Pañol de Puerta nº 5 de la Sección de Máquinas de la Ayudantía Mayor del Tercio de Armada de San Fernando y observó que las cajas donde se encontraban depositadas las válvulas estaban vacías. Cuando este militar preguntó al marinero encargado del almacenamiento, este confesó el robo y pidió disculpas por las sustracciones que había llevado a cabo. Así, este soldado informó a sus superiores, quienes comunicaron a la Guardia Civil lo ocurrido e iniciaron una investigación. Finalmente, estas válvulas pudieron ser recuperadas por la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz. Sin embargo, únicamente fueron recuperadas 21 de las 25 válvulas que fueron robadas. Además, según recoge la sentencia, el valor de mercado de las válvulas sustraídas asciende a 3.750 euros.

En sus declaraciones ante el Tribunal Militar, el condenado aseguró que no sabía cuantas válvulas se había llevado, aunque sí confirmó que se las llevaba cuando pasaba por Pañol, metiéndolas en una mochila. Respecto a los motivos por lo que realizaba estos actos, el marinero aseguró que se las llevó «por necesidad, que el dinero que obtuvo de la venta se lo dio a su hermana
que tenía hijos pequeños y su marido la había abandonado»
. Por otra parte, el jefe de la Sección de Máquinas de la Ayudantía Mayor del Tercio de Armado, superior directo del condenado, explicó que había designado al marinero como encargado de almacén, dado que «tenía plena confianza en él».

EL MARINERO FUE CONDENADO A 9 MESES DE PRISIÓN

Tras ser probado que el soldado se llevó un total de 25 válvulas para después venderlas, le acusaron de un delito contra el patrimonio militar. Así, el Tribunal Militar condenó a este militar a una pena de 9 meses de prisión y suspensión militar de empleo, y a la devolución de los 493,93 euros, es decir, le confiscaron el dinero obtenido con la venta de las válvulas. Por último, también le han condenado al pago de 600 euros en concepto de responsabilidad civil por las cuatro válvulas no recuperadas.