El dirigente de Ciudadanos y portavoz económico en el Congreso, Marcos de Quinto, ha puesto en duda que España siga siendo una democracia, tras lo cual el alcalde de Valladolid, el socialista Óscar Puente, le ha aconsejado que deje la formación naranja y se una a Vox.
«Es que ¿a quién se le ocurre protestar contra este maravilloso gobierno?… Si alguien quiere hacer caceroladas, que sean, al menos, contra el Rey, porque a ésas Marlaska e Iglesias no les ponen peros», ha dicho De Quinto en un mensaje en su cuenta de Twitter, refiriéndose tanto a las caceroladas contra el Rey apoyadas por Podemos como las que se organizan contra el Ejecutivo de Pedro Sánchez.
«Parece mentira que aún haya gente que crea que seguimos en una democracia», ha añadido el diputado. Se ha pronunciado así un día después de rechazar que España tenga como vicepresidente segundo del Gobierno a un «payaso» como Pablo Iglesias y apostar por «un pacto entre partidos serios» para afrontar la pandemia del coronavirus; unas declaraciones que la presidenta de Cs, Inés Arrimadas, eludió comentar.
Puente, portavoz de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE, ha replicado a De Quinto en la misma red social: «Que Ciudadanos encuentre su sitio exige que algunos de los que lo integran encuentren el suyo. En el caso de Marcos de Quinto, el suyo es VOX».
Para respaldar su idea de que España ya no es una democracia, De Quinto comparte varios mensajes de un tuitero llamado Carles Enric que asegura que en Madrid «se ha expandido la protesta» contra el Gobierno por cómo está gestionando la crisis del coronavirus.
Según este tuitero, las autoridades proponen sancionar a los manifestantes y el Ministerio del Interior y la Delegación del Gobierno en Madrid están trabajando para «infiltrar» a miembros de la Policía y de la Guardia Civil «desde sus servicios de información».
ACTUACIÓN POLICIAL EN MADRID
Esto parece venir al hilo de que, el pasado domingo por la noche, trece personas fueron identificadas y sancionadas por incumplir el real decreto de estado de alarma en la calle Núñez de Balboa de Madrid al concentrarse sin guardar la distancia social exigida frente a una vivienda que tenía la música a todo volumen, según informaron a Europa Press fuentes policiales.
Tras recibir una llamada alertando de que la gente se agolpaba frente a una vivienda con la música muy alta, los agentes se desplazaron hasta el lugar, donde encontraron a 100 personas congregadas. Algunas de ellas se negaron a disiparse, así que los policías pidieron refuerzos y entonces llegaron agentes de la Unidad de Intervención Policial y de la Unidad de Prevención y Reacción, que realizaron identificaciones e impusieron sanciones.
La concentración de esta fiesta improvisada coincidió sobre las 21.00 horas con una cacerolada contra la gestión del Gobierno de España secundada por algunos vecinos desde sus balcones. Algunos de ellos criticaron la presencia policial al grito de «Libertad» o «Gobierno, dimisión», tal y como se puede ver en algunas imágenes publicadas en redes sociales, porque pensaban erróneamente que estaban intentando impedir dicha protesta. Según las fuentes policiales, los identificados no portaban ninguna pancarta o proclama política.
También ha comentado estos hechos Jupol, el sindicato mayoritario de la Policía Nacional, que ha pedido al Gobierno y a la oposición que no utilicen al Cuerpo ante un trabajo «absolutamente ejemplar» de los agentes que actúan ante los avisos por caceroladas o fiestas espontáneas en la vía pública en aplicación del real decreto del estado de alarma.