El ‘president’ de la Generalitat, Ximo Puig, ha asegurado que la Comunitat Valenciana se coordinará con el Ministerio de Sanidad y acatará los parámetros de la «nueva dinámica» que falten por cumplir para pasar de la fase 0 a la 1 de desescalada. «No queremos confrontación, sino claridad, máxima transparencia y objetividad», ha recalcado.
A la espera del consejo interterritorial de Sanidad de este lunes, ha remarcado en una entrevista en La Sexta que el Consell no está dispuesto a «presentar de manera acelerada ninguna propuesta» sin saber claramente qué exige el Gobierno.
Eso sí, ha prometido que la Generalitat atenderá lo que plantee «siempre que sea razonable» como ha hecho «desde el minuto cero». Ante el cambio de criterio con las PCR, ha señalado que no se hicieron más pruebas de este tipo porque así se decretó, mientras este lunes se realizan «miles» en la sanidad valenciana.
Puig ha destacado que la Generalitat presentó la primera propuesta «cuando tocaba» con un trabajo de epidemiólogos recogido en «275 folios». «En la primera reunión se llegó a hablar de matricula de honor; no queremos matrícula, el ‘necesita mejorar’ es fundamental», ha indicado.
Ha descartado «prepotencia ni triunfalismo» en su posición, recordando que «estamos en el centro de la pandemia» y que hay riesgo de rebrotes como en países de Asia. Lo importante, ha insistido, es dar seguridad a los ciudadanos y «poder reactivar la economía en la medida de lo posible».
El también líder del PSPV ha rechazado que el Gobierno de Pedro Sánchez tenga favoritismos con CCAA como Euskadi y ha llamado a «no generar absurdos agravios comparativos. Ha asegurado que «si alguien ha luchado contra el victimismo es la Comunitat» y que «nadie quiere generar tensión en esto».
Sí ha apuntado la existencia de «una cogobernanza no adecuada», al considerar que el Gobierno ha avanzado en muchas comunidades pero no con la valenciana. Y ha remarcado que siempre ha creído en la «honestidad» de los técnicos que forman parte del comité de Sanidad, «faltaría más».
En la misma línea, ha resaltado el «respeto político» que le merece el ministro Salvador Illa y ha rechazado que tenga ganas de entrar en una «batalla ideológica». Se trata, en definitiva, de establecer «normas claras que sirvan para todos, vivan donde vivan».