El Partido Popular ha recriminado este lunes al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que no quiera pactar la nueva Ley de Secretos Oficiales con Alberto Núñez Feijóo y que opte por «debilitar» a la ministra Margarita Robles al otorgar al Ministerio de Presidencia que dirige Félix Bolaños competencias sobre secretos oficiales, que estaban en manos del Ministerio de Defensa.
El Consejo de Ministros aprobará este lunes el anteproyecto de Ley de Información Clasificada, también conocido como de ‘secretos oficiales’, que otorgará al Ministerio de Presidencia competencias sobre secretos oficiales que estaban en manos del Ministerio de Defensa. Sánchez anunció esta modificación a finales de mayo –junto a la reforma de la Ley del CNI– en el debate celebrado en el Pleno del Congreso por el espionaje del llamado ‘caso Pegasus’.
La secretaria general del PP, Cuca Gamarra, ya ha pedido al jefe del Ejecutivo «reconducir» su forma de hacer política y pactar la nueva Ley de Secretos Oficiales con el PP como ha ocurrido siempre en asuntos de Estado, y no con sus habituales socios de Gobierno. En declaraciones, ha subrayado que ñlas políticas de Estado deben «consensuarse con el Partido Popular» pero el presidente del Gobierno ha «roto» esa tradición y solo busca «contentar» a partidos como ERC para seguir en La Moncloa.
«LO LÓGICO» ES ACORDARLA CON EL PP
En parecidos términos se ha expresado después el responsable de Economía del PP, Juan Bravo, quien ha criticado duramente que el Gobierno no haya contactado con el PP para consensuar esa Ley de Secretos Oficiales. Sin embargo, se ha mostrado convencido de que sí lo ha hecho con Bildu. «Para abordarlos secretos oficiales, prefiere hablar con Bildu que con el PP, ésa es la clave», ha censurado.
Bravo ha destacado que esa norma afecta a «información sensible» relacionada con la «seguridad del Estado» y ha subrayado que no puede responder «a exigencias de carácter político para mantener a un Gobierno o a otro».
«Por eso, quizá parecería lógico que cualquier medida que se adoptase en ese sentido se intentase llegar a un acuerdo con el partido que significa la alternativa, para hacer algo entre ambos que debe continuar en el tiempo», ha manifestado.
Bravo ha indicado que el hecho de que sea Presidencia en vez de Defensa el que asuma las competencias sobre secretos oficiales «politiza aún más si cabe estos secretos oficiales», al tiempo que se «minoran las capacidades» de Margarita Robles que, «con aciertos y con errores tenía el respeto del conjunto de los españoles».
«Está debilitando a una ministra como Robles, que ya sufrió en la parte del CNI por el famoso caso Pegasus y que de nuevo se le vuelve a restar protagonismo en este Gobierno eliminando de sus competencias el tema de los secretos oficiales y trasladándolo al Ministerio de Presidencia», ha aseverado.
NO LO VE COMPARABLE A LA SITUACIÓN QUE HABÍA CON RAJOY
Ante el hecho de que también Mariano Rajoy también quitara el CNI en 2012 de Defensa y se lo diera a Presidencia (algo que después cambió Sánchez en 2018), Bravo ha recalcado que la situación «no es comparable» ya que, según ha dicho, con el Ejecutivo de Sánchez «se ha metido mano al CNI».
«El problema no es tanto que dependa de un ministerio u otro porque todos son ministros. El problema es que por segunda vez se minoran las competencias del CNI», ha dicho, para recalcar que «no se puede poner en duda» a este órgano como institución que defiende la seguridad en el país.
Además, ha insistido en que se «minoran las competencias de la ministra Robles» que, según ha dicho, «en su camino ha hecho un trabajo importante». «Por segunda vez se le vuelve a corregir en ese camino y no es lo acertado», ha indicado.
Al ser preguntado si el PP está de acuerdo con el plazo de 50 años para guardar secretos oficiales, Bravo ha indicado que sería «osado» pronunciarse sin conocer la norma. Sin embargo, ha vuelto a criticar que el Gobierno «no llame al PP» y «prefiera hablar con Bildu».
Finalmente, el responsable de Economía del PP ha señalado que lo que se debe hacer es «reforzar las instituciones». «La democracia no se mide solo porque podamos ir a votar, sino por la independencia de las instituciones o por la división de poderes», ha declarado.
