Hace 11 años un nuevo centro penitenciario abrió en España. Se trataba de la cárcel de Menorca y hasta allí llegarían internos condenados de todo el país. A día de hoy, más de medio centenar de presos vive en la cárcel de Menorca. Una prisión que yace bajo mínimos y donde a diario los funcionarios de prisiones sufren la falta de personal. «Nos tienen olvidados, tenemos una plantilla mermada, hay departamentos cerrados», asegura un representante sindical de la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (Acaip) que trabaja en las celdas menorquinas. Además, en la cárcel balear también se han vivido momentos de tensión que han tenido que ser sofocados por los pocos funcionarios que tiene la prisión. La cárcel de Menorca no pasa por su mejor momento.
El problema de falta de funcionarios en la cárcel de Menorca se remonta a su inauguración hace más de una década. Allá por 2011, el ministerio del Interior decidió abrir una prisión en la isla y para ello diseñó un plan de relación de puestos de trabajo para abastecer de personal al centro. Sin embargo, según ha denunciado la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (Acaip) a MONCLOA.com este plan no fue buen diseñado y ha quedado latente a lo largo de los años que es insuficiente. «No tuvieron en cuenta las bajas de los funcionarios, las vacaciones, la gente que trabaja en las oficinas que no está en los módulos… En muchos casos no llegamos ni con horas extra», asegura un representante de Acaip en una conversación con MONCLOA.com en la que también afea que este año el ministerio del Interior no haya enviado funcionarios en prácticas hasta la prisión menorquina. Y es que la falta de personal en la cárcel balear ha obligado a cerrar departamentos de vital importancia como la enfermería obligando a los funcionarios a abandonar su servicio y trasladarse de módulo para acompañar al preso que haya tenido algún accidente. Asimismo, en la cárcel balear también se da algo insólito en España y es que solo existe un único funcionario en el departamento de ingresos, uno de los sectores con más competencias de las cárceles.
Además, la falta de personal ha comprometido en ocasiones la seguridad del centro. Fuentes internas de la prisión aseguran que han ocurrido incidentes graves que incluso han acabado en condena por atentado. Asimismo, hasta esta prisión insular han llegado presos que han protagonizado enfrentamientos peligrosos con los funcionarios que desgraciadamente tienen que soportar agresiones a la hora de realizar su trabajo. «No se llega a las condiciones de seguridad de otros centros», denuncian desde el sindicato de la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (Acaip) en una conversación con MONCLOA.com.
LAS AGRESIONES A LOS FUNCIONARIOS DE PRISIONES EN LA CÁRCEL DE MENORCA NO SON LAS ÚNICAS
Los funcionarios de prisiones españoles ya no hallan qué hacer para que el ministro Fernando Grande-Marlaska atienda (antes de que lo saquen del Gobierno), sus denuncias sobre la situación de inseguridad y vulnerabilidad a la que se enfrentan cada día en el cumplimiento de su labor, pues llevan mucho tiempo ya advirtiendo que se han ido incrementando las agresiones, sin que ninguna autoridad del Ministerio del Interior haga absolutamente nada, al punto que han llegado a documentar que cada 26 horas ocurre una agresión grave en algunos de los 68 centros penitenciarios que hay en el país.
cada 26 horas ocurre una agresión grave en algunos de los 68 centros penitenciarios que hay en españa
El ataque más reciente tuvo lugar este fin de semana en el Centro Penitenciario Murcia II, cuando un interno yihadista le ha cortado el cuello y un dedo a un funcionario de prisiones, con una lata. De manera extraoficial se conoció que este recluso estaba bajo un programa de seguimiento especial y que ya tenía antecedentes por haber agredido a otros funcionarios con anterioridad. La Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones (APFP) ha informado que otros dos de sus compañeros habían sido atacados por este mismo recluso, cuando intentaron ingresar al área donde ocurrieron los hechos, pues el interno pateó en la cara a uno de los uniformados, antes de que lo pudiesen controlar y trasladarlo al área de aislamiento den Centro Penitenciario Murcia II.
Ya con anterioridad los funcionarios habían denunciado ante el ministerio del Interior que temían por ser considerados objetivos de los yihadistas dentro de las prisiones, pero nunca recibieron respuesta por parte del organismo. Para los funcionarios, el problema más grave es la falta de personal y la pérdida de autoridad que tienen ante los reclusos, que saben que sus acciones contra los encargados de custodiarlos y atenderlos dentro de las prisiones no tienen consecuencias penales, por lo están siempre expuestos a situaciones de riesgo y violencia por parte de los reos, por lo que exigen al despacho dirigido por Grande-Marlaska que se aumente el número de funcionarios por cada prisión, así como piden además mejoras generales en sus condiciones de trabajo.