Muchos han sido los afectados, en su gran mayoría jóvenes, los que no han podido examinarse del carnet de conducir por el cierre de sus autoescuelas debido a la pandemia que asola España. Algunos tenían pendiente examinarse de la parte práctica, otros de ambas partes, no obstante muchos de ellos siguen sin tener noticias de la administración competente.
Se calcula que alrededor de 130.000 alumnos se han visto afectados por la llegada del coronavirus, y lo que muchas autoescuelas temen ahora es que tras el confinamiento pierdan clientes. El problema es que el examen teórico tiene fecha de caducidad, y en algunos casos esa fecha puede que ya haya pasado.
De lo que se está hablando es de llegar a un acuerdo entre las autoescuelas y la Dirección General de Tráfico (DGT), para que esa fecha de caducidad se prolongue y no cuente los meses del estado de alarma. En caso de ser efectiva esta demanda, el periodo en el que se ha paralizado el país no computaría y se retrasaría la fecha de caducidad.
Los grandes perjudicados de esta crisis van a ser los alumnos que iban a examinarse en una fecha cercana a la declaración del estado de alarma. Puesto que llevan casi dos meses sin conducir, y que muchos de ellos estaban afianzando sus conocimientos prácticos, lo más probable es que tengan que reinvertir dinero en clases prácticas.
NEGOCIO REDONDO PARA LAS AUTOESCUELAS
A un precio medio de entre 25 y 30 euros por clase práctica, los grandes beneficiarios de todo esto van a ser las autoescuelas. Muchos alumnos se verán obligados a tomar nuevas clases para refrescar su conducción, añadiendo un gasto extra a la abultada factura del carnet de conducir.
Ese gasto extra puede suponer un gran esfuerzo para muchos jóvenes que estaban a punto de examinarse. «Hay cosas de las que sí que me acuerdo, pero habré olvidado unas cuantas por lo que tendré que dar más clases para hacer el práctico«, relataba un futuro conductor al que la pandemia no permitió examinarse.
Otras muchas autoescuelas temen que, tras la crisis, haya establecimientos que cuelguen el cartel de «se vende». Aún sin noticias por parte del Gobierno, desconocen si recibirán ayudas por parte del estado. «Mi miedo está en la post pandemia y que cuando abramos no haya ayudas para nuestro sector», afirma preocupado un profesor.