Con ojos como platos. Así se quedaron en el Partido Popular la mayoría de los diputados cuando se enteraron de que el flamante líder del PP, Alberto Núñez Feijoo, iba a mantener a flote a Javier Maroto pese a lo erosionada que está su imagen e nivel interno. Lo cierto es que Maroto aprovecha la vera de Feijoo en todo momento para hacerse de vez en cuando una foto mientras le endulza el oído al presidente popular. Sin embargo, fuentes de Génova aseguran a MONCLOA.com que Maroto se ha escondido desde que Pablo Casado salió de la formación conservadora y que no quiere salir en ningún acto público. «No se le ha visto en el Orgullo», aseguran desde el partido aquellos que consideraban que de alguna manera desde hace unos pocos años había representado al PP en esta celebración.
Estas mismas fuentes aseguran que el propio Maroto ha pasado un mal momento con la transición de presidencia en su partido. Con Pablo Casado se veía respaldado, pero con la llegada de Alberto Núñez Feijoo todo cambió. La nula relación entre ambos y los comentarios internos llevaron al senador a dar por hecho que le iban a sacar de los cargos de relevancia en la formación. Sin embargo, la necesidad de Feijoo de pisar el Senado para tener la capacidad de estar en el núcleo duro de la política nacional le hizo pensar que Maroto tenía alguna que otra utilidad. En este caso, que ejerciera de anfitrión y que le ayudara a moverse por las dependencias del Senado. No hay que olvidar que Feijoo no había pisado previamente partes de la administración pública que estuvieran fuera de Galicia.
Aún así, Maroto sabe que no es del agrado del presidente del Partido Popular y se ha escondido de la vida pública, aunque no de la nocturna, según estas mismas fuentes. En los últimos meses, Javier Maroto ha mantenido el papel más discreto de su vida. Tanto, que más de uno se ha preguntado dónde estaba Maroto en el Orgullo, dado que otros años anteriores sí que había asistido junto a otros dirigentes políticos como Andrea Levy o Borja Semper para que el PP tuviera su representación en esta popular celebración. Este año, Maroto no ha querido ese protagonismo de otros años y esto ha hecho saltar las alarmas en Génova dado que ven que el miedo de Maroto a ser expulsado le ha llevado a intentar tener un perfil bajo.
más de uno se ha preguntado dónde estaba Maroto en el Orgullo
Maroto solo ejerce de anfitrión para el presidente del PP en el Senado, pero Feijoo no le ha incluido en su núcleo duro ni en el blando. Evidentemente, el presidente del Partido Popular tiene planes para Maroto dado que le ha mantenido en contra de todos los pronósticos. Sin embargo, fuentes del PP aseguran a MONCLOA.com que es perfectamente viable ver fuera al senador en cuestión de meses. Tan pronto se celebren los comicios, Feijoo podría quitarse de encima el escándalo de Sotosalbos con tal de evitar más críticas.
Este miedo de Maroto está fundado. En el PP no son ajenos a las palabras que el senador lanzó cuando era alcalde de Vitoria. «No me tiemblan las piernas para llegar a acuerdos con nadie. Y creo que eso es bueno», dijo Javier Maroto cuando pactó con Bildu. Estas palabras también pesan para el futuro del dirigente popular porque la estrategia que ahora lleva Feijoo pasa por atacar, precisamente, al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, por pactar con los extremos. Tampoco gusta especialmente en Génova su estilo en referencia a los «bailes parlamentarios» o las peleas en el Congreso. En el debate del estado de la nación, Maroto se ha dedicado a decir lo que hacía Yolanda Díaz en la bancada. «Yolanda Diaz no aplaude ninguna de las medidas anunciadas por Sánchez en el #DebateEstadoDeLaNacion No se sabe si es solo porque desconocía por completo todas ellas hasta ahora mismo o porque las quería proponer ella en su proyecto “sumar”. O por ambas», ha comentado. «Ha estado flojo», aseguran compañeros de partido al ver este mensaje.
Javier Maroto, aún así, lo está intentando. En el Senado tiene la oportunidad de acercarse a Feijoo y el gallego no quiere enemistarse con nadie de peso en la formación por tomar decisiones precipitadas. De hecho, Feijoo es de todo menos precipitado. En la séptima planta de Génova solo se quejan algunos de la «lentitud» del expresidente de Galicia en algunas cuestiones y de su estilo tan parecido al de Mariano Rajoy para hacer política y para liderar el Partido Popular. Aún así, las encuestas van de cara y el no hacer nada parece que no le está viniendo mal. Dejar que actúe la inflación es la mejor estrategia a seguir por el PP, tal y como cuentan fuentes del partido. Y Feijoo se ha entregado a esa estrategia.