El ciudadano marroquí detenido por su supuesta vinculación con el Estado Islámico (ISIS o DAESH) y radicalizado durante el estado de alarma pasará el próximo lunes, 11 de mayo, a disposición del juez de la Audiencia Nacional José Luis Calama, que ha dirigido la investigación, según han informado a Europa Press fuentes jurídicas.
La detención se ha producido esta mañana en Barcelona después de que los investigadores acreditaran que el arrestado había incumplido las limitaciones de movimiento para la «posible búsqueda de objetivos» bajo importantes medidas de seguridad.
El sospechoso permanecerá en dependencias policiales hasta el lunes, cuando será interrogado de forma presencial por el titular del Juzgado Central de Instrucción número 4, que decidirá si le envía a prisión o le deja en libertad provisional mientras continúa la investigación, que está bajo secreto.
Según ha informado este viernes la Guardia Civil, sobre el detenido existían «referencias de su radicalización y afinidad al DAESH desde hace al menos cuatro años». «Hasta fechas recientes, ese proceso de radicalización se mantenía bajo una apariencia de discreción, tanto desde el plano físico como virtual, que en ningún caso lo identificaban como un actor crítico», ha señalado.
Pero ha sido durante el actual estado de alarma por la pandemia de coronavirus cuando ese proceso de radicalización se ha visto culminado, «activándose de manera altamente llamativa y preocupante». El detenido realizaba manifestaciones públicas de su adhesión a los postulados terroristas de DAESH y de odio a Occidente a través de sus perfiles de redes sociales.
Las hipótesis policiales iniciales han vinculado que esta activación extrema de su actividad podría haber respondido a los diferentes llamamientos realizados desde la dirección de DAESH para que los actores solitarios asentados en terreno occidental, a los que ha pedido que se movilicen y realicen ataques en sus lugares de residencia.
La investigación ha sido realizada por la Guardia Civil de manera conjunta con la Dirección General de Seguridad del Territorio (DGST) marroquí y ha contado también con la participación destacada del FBI estadounidense.