viernes, 13 diciembre 2024

El cómico rumor de Ferraz: el PSOE se tensa al pensar que esta será la sustituta de Pedro Sánchez

En Ferraz se comenta. Fuentes de Moncloa confirman que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tiene ya puesta la vista en Europa y que da por amortizado su paso por el Ejecutivo. Ante esto, es inevitable que en los despachos de Ferraz, los pasillos del Congreso y las sedes autonómicas del PSOE se pregunten quién tiene los suficientes galones como para recoger el testigo de Pedro Sánchez. Algunos hablan de un proceso de primarias en el que Eduardo Madina podría concurrir. Otros insisten en que será Nadia Calviño la que recogerá el testigo (aunque desde su entorno insisten en que irá también a Europa). Pero el rumor más cómico es el que todos comentan con un 50% de temor y un 50% de risas: que Adriana Lastra será la candidata a presidenta del Gobierno con las siglas del PSOE a sus espaldas.

No es de extrañar que estén tensos en los despachos de Ferraz. Todos saben que Pedro Sánchez no ve esta legislatura con buenos ojos; y menos ahora que una recesión asoma a la vuelta de septiembre. Con estos datos encima de la mesa, muchos dan por hecho que el presidente sería incluso capaz de no presentarse a las elecciones. Sus preferencias son simples: o Consejo Europeo o Comisión Europea. Pero Pedro Sánchez no se ve, ni aunque gane, los próximos cuatro años en la Moncloa. Él ya apunta a lares distintos y Europa es uno de ellos. Por todo esto, en los ministerios, en el Congreso y en cualquier dependencia gubernamental comentan los posibles nombres que heredarían el sanchismo. Por supuesto, nadie se plantea que vaya a haber borrón y cuenta nueva. El presidente se ha preocupado pro dejarlo todo atado y bien atado.

Fuentes del PSOE dejan claro que no hay ningún nombre que suene por encima de los demás. Todos se sustentan en deseos o cábalas con poco fundamento. Nadie se atreve ahora mismo a movilizarse contra el presidente del Gobierno o pensando en su inminente salida, por lo que es difícil ver intenciones claras de los candidatos (por no hablar de que solo la lealtad ciega al presidente podría llevar al próximo candidato socialista al frente del PSOE). Eduardo Madina es una vieja demanda del partido. Algunas fuentes del viejo PSOE entienden que sería el candidato ideal para dar un giro a la política de Sánchez y para lavar la cada de una formación muy deteriorada a nivel electoral por esta legislatura.

Lo de Nadia Calviño ha perdido fuerza en los últimos meses porque la vicepresidenta económica del Gobierno sí que ha iniciado los pasos para marcharse a Europa tan pronto como pueda. Aún así, hay quien entiende que el presidente confían aún en ella y que su condición moderada podría dar un empujón al PSOE si hay una recesión marcando el debate electoral. Sin embargo, son ya pocos los que en Ferraz confían en que la vía Calviño tenga algún sentido. Pero hay otra candidata que desata las risas y la tensión a partes iguales cuando en una mesa de un restaurante se plantea su nombre como sucesora.

Adriana Lastra es quien ahora lleva el control y el látigo en Ferraz. Es la que está poniendo en orden a todos los candidatos socialistas de los municipios. Pero también a los ministros. Su fuerza dentro del PSOE ha crecido de forma radical desde que Pedro Sánchez la dio galones y ahora en Ferraz entienden que la portavoz socialista goza de la total confianza del partido. Hay más de uno que lo plantea en serio. Otros, cuando sale el nombre de Adriana Lastra como candidata del PSOE a nivel nacional, rompen a reír y lo desechan automáticamente porque «sería el final del partido». Pero lo cierto es que no es la primera, ni la segunda ni la tercera vez que el nombre de Adriana aparece cuando se habla de la sucesión de Pedro Sánchez.

ADRIANA LASTRA, EL PITBULL DE FERRAZ

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tiene muchas cosas que hacer. Tantas, que no dedica ni un minuto al PSOE. Cuando estaba el exministro de Transportes José Luis Ábalos como secretario de Organización del partido lo tenía todo más o menos controlado. Pero con su salida, Ferraz se ha convertido en un caos organizativo. En su lugar, Sánchez ha decidido dar más galones internos a los diputados Adriana Lastra y Santos Cerdán. Las competencias se han repartido entre los dos parlamentarios, pero a Lastra le han dejado la parte más agresiva. Ya la conocen como el “pitbull” de Ferraz.

La sensación de descontrol interno en el partido se generalizó. Con Iván Redondo y Ábalos en puestos de poder, las gestiones internas de la formación, como organizar las listas electorales, se llevaban a cabo con cierta jerarquía. El problema llegó con la purga de Sánchez, con la que se quitó de encima al máximo representante del poder en el Gobierno (después de él) y al máximo representante del poder político en el partido. El vacío de poder se sintió y muchos aprovecharon para saltarse la obsesión previa de Ferraz por controlar a todos y cada uno de los candidatos. Juan Lobato y su llegada a la secretaría general del PSOE-M es prueba de ello. Pero tras este pequeño descontrol de casi un año, desde Moncloa han tomado cartas en el asunto.