Las estrategias varían por momentos. Pablo Casado y Albert Rivera, destinados a entenderse tras 28 de abril para formar un gobierno de coalición, han estado de revuelta los últimos días. El objetivo, confirmarse como la alternativa al PSOE para llegar a la presidencia. El líder de Ciudadanos fue a la ofensiva en los debates y a Casado que no le quedó más remedio que entrar en la batalla. Ahora el el líder del PP pide una tregua a Ciudadanos y Vox.
El presidente del Partido Popular ya piensa en una fórmula como la que dio resultado en Andalucía para llegar a la Moncloa. De ahí que haya pedido cierta calma y respeto tanto a Ciudadanos como a Vox. Al final Vox y Ciudadanos, tengan 10 escaños o tengan 40, van a tener la influencia que ellos quieran tener para entrar en el Gobierno o para decidir la investidura o la legislatura. Por tanto, ¿para qué vamos a andar pisándonos la manguera entre nosotros si lo que tenemos que hacer es sumar?», ha confesado.
Las palabras de Casado, en declaraciones a EsRadio, no han dejado duda alguna de que el líder del PP tiene muy claro que el apoyo de Vox será necesario y está dispuesto a dar el paso de pactar con la formación de Abascal, la cual podría robarle un buen puñado de escaños en estas elecciones.
Destinados a entenderse
Casado pide una tregua quizás algo tarde, en el día previo a la jornada de reflexión, y a sabiendas de que el daño ya está hecho. La derecha está más fraccionada que nunca y los tres partidos que la conforman quieren liderar este espectro. Por sus palabras, el líder del PP parece seguro de que serán Vox y Ciudadanos los que obtengan menores escaños.
Pero no es lo que opinan los otros protagonistas. Abascal, que ayer reunió a miles de personas en Sevilla y Valencia, confía en que España va a «temblar». Rivera, a su vez, cree que Ciudadanos va a «dar la campanada» después de haber convencido a un fuerte número de indecisos en los dos debates celebrados esta misma semana. Lo que parece claro es que están destinados a entenderse.