domingo, 24 noviembre 2024

Los trucos de los inspectores de la Guía Michelin para no ser reconocidos

Todos conocemos y hemos usado o al menos hojeado la Guía Michelin, sobre todo en los tiempos en los que se vendían más en papel, junto con los mapas. También estamos familiarizado con las estrellas Michelin y soñamos con acudir o que nos inviten a uno de esos restaurantes. Para conseguir esos reconocimientos, unos inspectores y críticos tienen que actualizar datos, calidad, etc. de cada establecimiento, pero como en otros órdenes, para que todo sea ecuánime y verídico, el dueño del negocio y los empleados no deben de saberlo. Si no fuera así, sería una performance puntual para deslumbrar y entrar en el selecto club. Veamos cómo hacen pues para que no les reconozcan ni sospechen que ese cliente es en realidad el que marcará parte de su futuro y prestigio.

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EL PODER DE LOS INSPECTORES

No se le escapa a nadie que como decimos tienen una gran responsabilidad. Pueden tener en sus manos el futuro de un negocio donde se suele invertir mucho dinero y esfuerzo. Al menos, ellos dirimen la diferencia entre el éxito y la fama o ser uno más, algo que para muchos chefs y empresarios hosteleros equivale al fracaso.

Por ello las inspecciones son anónimas y por tanto hay que cuidar que pasen desapercibidos y estén convencidos que son un cliente más. Pero lo podemos saber de primera mano gracias a las declaraciones en la revista Forbes de uno de los trabajadores de la Guía Michelin.

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