Más de tres horas y media de comida dan para muchas conversaciones y la del restaurante Rianxo el 23 de octubre de 2009 no fue una excepción. El inicio del ágape contó con la presencia de los mandos policiales: el entonces director adjunto operativo (DAO) de la Policía Nacional, Miguel Ángel Fernández Chico, y tres mandos policiales adjuntos al DAO de aquella época: Enrique García Castaño, alias ‘El Gordo’, Gabriel Fuentes y José Manuel Villarejo, quien era el protagonista de la comida por la obtención de una medalla pensionada y que grabó la conversación.
En los entrantes, y a la espera de que llegasen Baltasar Garzón y Dolores Delgado, dos de los mandos policiales comentan que vienen de una recepción diplomática en la Embajada de Ucrania:
Mando policial.- Nos han dado una botellita de vodka, de picante, ese que lleva una guindilla dentro y el que se la beba se va a cagar.
Villarejo.- Je, je, je
Gabriel Fuentes.- Lo malo es que se cague.
Villarejo.- Je, je, je, je
Mando policial.- Y hay una tía de protocolo que ya he quedado con ella para que venga a la oficina, que está buena que te cagas.
Villarejo.- Ucraniana
Mando policial.- Está buena, ¿no veas cómo está?
Mando policial.- No no no, una ucraniana que te cagas.
Villarejo.- Las ucranianas, además, son muy liberales.
Mando policial.- Pequeñita pero….
Mando policial.- Yo la quiero pequeñita.
Villarejo.- Jejeje, no me toques los cojones.
Mando policial.- La he invitado a mi despacho para que venga a saludarme. Está soltera, sol-te-ra.
Otro de los lances de la conversación, ya con Garzón y Delgado en ella, versa sobre los gustos de cada uno a la hora de trabajar, después de que el entonces magistrado de la Audiencia Nacional se quejase del calor que había en el Rianxo. Uno de los mandos policiales le suelta una grosería a la fiscal Delgado:
Mando policial.- Eso, ya sabes, debe ser la menopausia, ¿a qué sí Lola?
Delgado: No lo sé.
Villarejo: Yo, trabajo con frío mejor.
Delgado: Ni puta idea.
Garzón: Yo no pongo la calefacción ni un puto día del año.
Villarejo: A mí, me pasa lo mismo.
Garzón: En mi despacho (…) con los abrigos.
Villarejo: A la gente le jode entrar en el despacho a los que nos gusta el frío.
Garzón: El calor me embota la cabeza.
Villarejo: Sí, estoy de acuerdo.
Tras ello, Garzón relata una anécdota que le sucedió en el yacimiento arqueológico de Palenque (México) en un día que tenía mucho hambre.
Garzón: ¿Sabes lo que me pasó?
Delgado: En México.
Garzón: En Palenque, estábamos y yo con un hambre de la hostia y veo varios puestos de aceitunas y veo unas que digo, hostias alcaparras. Llego con una cuchara grande, hice así y bum.
Mando policial: Y dijeron, qué cojones tiene este hombre.
Garzón: Lo primero es que mastico y en ese momento…
Comisario: Ya estás jodido..
Garzón: En ese momento, en vez de expulsarlo para dentro, no se qué pasó y lo metí para dentro.
Villarejo: La ruina
Garzón: Coño, que me tuvieron que llevar al médico y todo, cagando líquido. En la cama… una colitis… me subió fiebre a 39… una cosa tremenda.
En los postres del Rianxo, la conversación vuelve a tener un punto picante y Villarejo intenta sentar cátedra sobre
Delgado: Miguel Ángel, en general, los tíos os va mucho el rollito físico.
Villarejo: Bueno, no exac… no creas.
Fernández Chica: El rollito físico, para un polvo de una noche y a tomar por culo.
Delgado: O de entrada.
Fernández Chica: Yo, o cualquier persona medianamente inteligente, una tía te puede entrar por el físico.
Delgado: Sí.
Fernández Chica: Y muchas veces cambia el físico de una persona a otra.
Villarejo: Que sea atractiva.