Son tantos los misterios y mitos que rodean a Vladimir Putin y su entorno; todas las leyendas en torno a sus estratégicos vínculos y la opacidad de las informaciones que se filtran desde Rusia, que el mundo occidental tiene puesta la vista las «misteriosas» muertes de un grupo de magnates y militares de ese país, que han ocurrido tras la decisión del dictador de invadir Ucrania, en febrero de este año. Algunos hablan de teorías conspirativas, otro de escenarios en lo que el poderío ruso actúa de manera radical, pero lo cierto es que posiblemente pase mucho tiempo antes de que se pueda saber la realidad de lo que ha ocurrido con esas personas.
Una de las primeras muertes que alertó a la comunidad internacional fue la del empresario Leonid Shulman, que fue hallado muerto a finales de enero, un mes antes de que se ejecutara la invasión a Ucrania, en su residencia de San Petesburgo, al lado de una nota suicida. Este empresario era el jefe del servicio de transporte de Gazprom Invest. Las autoridades señalaron que supuestamente se había cortado las muñecas, pero tras su muerte se filtraron informaciones sobre supuestos hechos de corrupción en los que se le mencionaban.
Menos de un mes después de la muerte de Shulman, el 25 de febrero, fue hallado muerto Alexander Tyulakov, de 61 años. Este empresario tenía un alto cargo dentro del área de seguridad de Gazprom, el banco utilizado como canal de pago del gas y el petróleo ruso. A él lo consiguieron ahorcado en un viga de su residencia en San Petesburgo y todo quedó como si se tratara de un suicidio, pero disidentes rusos alzaron sus voces y señalaron que podría tratarse de una actuación de las fuerzas especiales de Putin.
El 3 de marzo le tocó el turno a Mickhail Watford, un empresario ucraniano que también fue encontrado ahorcado en el garaje de su mansión en Londres. Tenía dos décadas viviendo en Reino Unido. Su sospechosa muerte ocurrió al día siguiente de las declaraciones ofrecidas por el primer ministro Boris Johnson pidiera en la Cámara de los Comunes que se publicaran las listas de los empresarios ligados a Vladimir Putin, para seguir en la línea de las sanciones internacionales con el régimen ruso.
A Vasily Melnikov, su esposa y sus dos hijos de 4 y 10 años los asesinaron el 24 de marzo, a puñaladas. Este empresario tenía un alto cargo dentro de la empresa médica MedStom, fue encontrado junto al de su esposa y dos hijos de 10 y 4 años, todos ellos muertos a cuchilladas en su casa de la ciudad de Nizhny Novgorod, en Rusia. Los medios internacionales señalaron que la empresa donde trabajaba este magnate ruso estaba sufriendo importantes pérdidas a raíz de las sanciones impuestas a Rusia por países occidentales, tras la decisión de Putin de invadir Ucrania.
Vladislav Avayev, quien trabajó para el Kremlin y fue vicepresidente del banco Gazprombank. a mediados del mes de abril. Fue hallado junto a los cadáveres de su esposa y su hija de 13 años y de acuerdo con las informaciones oficiales dadas por las autoridades rusas, el empresario tenía un arma en la mano para cuando lo encontraron muerto en su apartamento de Moscú, por lo que presumían que se había tratado de un homicidio – suicidio.
Sin embargo, disidentes del régimen ruso destacaron que poco antes de este hecho, Avayev había dimitido en su cargo dentro de Gazprombank, el principal banco ruso utilizado como canal de cobro del petróleo y el gas ruso.
En abril también fue hallado muerto el magnate Sergey Protosenya, y este caso trascendió la frontera rusa, pues el multimillonario y su familia se encontraban en España para el momento en que ocurrieron los hechos.
Su cadáver, el de su esposa y su hija fueron hallados en un apartamento en en la localidad catalana de Lloret del Mar. Él apareció ahorcado, mientras que su esposa y su hija fueron asesinadas con un hacha y un cuchillo. En principio también se dijo que se trataba de un homicidio – suicidio. Protosenya tenía un importante cargo dentro de la compañía de gas Novatek y tras el hallazgo, la policía española determinó que la ropa del magnate no tenía salpicaduras de sangre, por lo que no cuadraba la idea de que hubiese sido él quien mató a su esposa y su hija antes de suicidarse.
El 8 de mayo hallaron muerto a Alexander Subbotin, quien fuera ex gerente principal de la compañía energética Lukoil. Su muerte estuvo rodeada de gran controversia, porque lo consiguieron en el sótano de la casa de un unos chamanes en la localidad rusa de Mytishchi, el norte de Moscú y se dijo que su muerte había sido provocada por haber ingerido veneno de un sapo, por lo que las autoridades rusas indicaron que iniciarían una investigación que no legó a nada.
Todas estas muertes, asociadas al sector energético ruso han levantado las sospechas de la comunidad internacional, pues resulta, cuando menos, sospechoso de que hayan ocurrido todos en menos de cinco meses y justo cuando Rusia toma la decisión de invadir Ucrania y comienza la pugna internacional por el gas y el petróleo.