Durante los pasados días se han podido ver nuevas versiones del todoterreno 4×4 denominado Vehículo de Alta Movilidad Táctica (VAMTAC) ST5, que es el actual medio estándar de esta categoría del conjunto de las Fuerzas Armada (FAS) españolas.
El Ejército de Tierra (ET) ha dejado ver en las últimas semanas dos de los últimos VAMTAC ST5 recibidos, en concreto el especializado en tareas de desactivación de explosivos o Explosive Explosive Disposal (EOD), y el de la cuasi secreta aunque imprescindible tarea de guerra electrónica o Electronic Warfare (EW).
También el pasado día 15 de junio durante una demostración anfibia a la que asistió el Rey Felipe VI, en el marco del ejercicio Flotex-2022, tuvo especial protagonismo un ST5 del Grupo de Artillería de Desembarco (GAD) de la Brigada de Infantería de Marina/Tercio de Armada (BRIMAR-TEAR), especialmente adaptado para alojar a los equipos de la Batería de Control y Coordinación del Apoyo de Fuegos (CCAF). Esta variante, que fue visitada y explicada al monarca, se basa en una adaptación de la versión furgón, en la que se pueden alojar 7 militares, o sistemas de comunicación, los equipos de manejo de sensores, etc
Dichas entregas de los VAMTAC ST5 se realizan en cumplimento del nuevo contrato marco firmado por el Ministerio de Defensa con la empresa gallega Urovesa (Uro vehículos especiales) durante el año 2020. La entente valorada en 146,3 millones de euros, con vigencia de 4 años y posibilidad de ampliarse dos años más, prevé la adquisición progresiva de entre 600 y 700 de estos medios en sus múltiples versiones, destinados tanto al citado ET, la Armada en concreto a su Infantería de Marina, el Ejército del Aire y la Unidad Militar de Emergencias (UME). Además, son empleados por las Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado (FCSE). Así la Guardia Civil se ha dotado de un pequeño número destinados a su fuerza de élite: la Unidad Especial de Intervención (UEI), adquiridos a través del ET. Y la Policía Nacional adquirió varios directamente, incluida una pequeña partida destinada al mediático pero altamente eficaz Grupo Especial de Operaciones (GEO).
La gran ventaja del VAMTAC ST5 es que hablamos de una plataforma común, lo que favorece en extremo la cadena logística, tanto en la compra como en la gestión de los repuestos y en las tareas de mantenimiento/sostenimiento, además de favorecer la inter-operatividad entre los dos Ejércitos y la Armada. Además el VAMTAC se ha vuelto en un exitoso producto en el mercado internacionalmente, habiendo fabricado la referida empresa Urovesa más de 6.000 unidades. Aunque esta historia de éxito de la referida compañía empezaba a finales del pasado siglo, cuando era una PYME especializada en vehículos y medios para trabajos forestales, que lanzó el prototipo de su primario VAMTAC. El desarrollo era la respuesta al requerimiento del año 1995 del Ministerio de Defensa de España para dotarse de un 4×4 ligero de última generación, que finalmente se sustanció en 1998 con un pequeño contrato de 5 años de la versión inicial del medio, denominada como VAMTAC Rebeco.
El éxito del sistema se fue imponiendo poco a poco, sobre todo frente a su coetáneo todoterreno de la empresa Santana Motor de Linares (Jaén), que entre 1994 y su cierre en 2011 era propiedad de la Junta de Andalucía, denominado Aníbal. Este medio 4×4 fue declarado en 2004 de «necesaria uniformidad en las FAS», tras un acuerdo más político que técnico entre el entonces presidente de la Junta de Andalucía Manuel Chaves (condenado en 2019 por prevaricación) y el ministro de Defensa José Bono.
A pesar de la declaración en favor del Aníbal, en octubre de 2005 el Ministerio de Defensa firmó otro contrato por un plazo de cinco años con Urovesa, para dotarse de sus nuevas versiones I3 y S3. Las necesidades de la intervención española en la guerra de Afganistán llevó a solicitar a la firma una primera versión blindada del referido S3, que rápidamente se desplegó en aquel peligroso teatro de operaciones.
En enero de 2012 el Ministerio de Defensa, a través de su órgano central de adquisiciones: la Dirección General de Armamento y Material (DGAM), inició el procedimiento para adquirir inicialmente 772 vehículos de nueva generación para renovar sus flotas de Aníbal y algunos modelos más antiguos como los Nissan Patrol. El medio seleccionado, que además fue declarado de «necesaria uniformidad en las FAS», fue la por entonces novedosa versión ST5 del VAMTAC, que la empresa suministró entre 2013 y 2019 por un importe de unos 150 millones de euros. La obtención del contrato llevó a la empresa a trasladar la producción de su habitual planta de Santiago de Compostela (La Coruña) a la citada planta de Valga a mitades de la pasada década. El vehículo, que cuenta con una alta protección balística hasta el nivel 3, según el estándar de la OTAN, además cuenta con protección contra minas y cargas explosivas improvisadas o Improvised Explosive Device (IED), conseguido gracias a su estructura anti-deformación, un difusor de acero inferior en forma de V que favorece la absorción de la onda de la explosión.
Volviendo a los VAMTAC especializados, el destinado a los equipos EOD está especialmente equipado con un mástil desplegable dotado de telémetro láser, cámara convencional/infrarrojos (IR) y dispone de una caja de carga cerrada de gran tamaño para el almacenamiento del material, diseñado para poder también cargar y descargar el robot de desactivación TEODor de la compañía Telerob, mediante una rampa. Respecto al de EW, está dotado de una amplia gama de antenas y sensores que determinan su capacidad para estas misiones, estando en concreto asignado al discreto pero selecto Regimiento de Guerra Electrónica nº 31, que tiene base en el Acuartelamiento Zarco del Valle, en el madrileño barrio de El Pardo.